martes, 26 de noviembre de 2019

El blanqueo de capitales y sus contramedidas

LAVADO DE DINERO NEGRO Y MEDIDAS ANTILAVADO.

EL GRAN JUEGO.
Blanqueo y antiblanqueo son desconodidos del gran público e incluso de profesionales jurídicos y financieros no especializados.

Durante el XIX los británicos denominaron el Gran Juego a los movimientos geoestratégicos que su Imperio y la Rusia Zarista desarrollaban para conseguir, cada uno e impedir al otro, el dominio de Oriente e Índico.

Este Gran Juego tuvo mucho que ver, indirectamente, con la formación de gran parte de la constelación actual de las plazas financieras de baja tributación, imprecisamente relacionadas con el blanqueo de capitales y la lucha contra el mismo, el antiblanqueo.
Pugna que abarca diversos ámbitos: fiscal, criminológico, macro y microeconomía llevada a cabo por organismos internacionales y que mueve ingentes recursos por ambos bandos, llegando a confrontar Estados contra Estados.

Juego de la Banca, mafias y una tercera parte de los Estados y territorios autónomos existentes, de un lado; contra policías, organismos y demás países del otro. Con asesores, abogados, juristas y financieros de uno y otro bando.

¿Existe realmente ese Gran Juego?

¿Realmente los Estados luchan contra el blanqueo de capitales?

¿Qué hacen, si es que hacen algo?

¿Cómo actúan los lavadores?

En España hay una excelente doctrina sobre el tema pero mayoritariamente es de Derecho Penal (delito legitimación capitales) y en menor medida sobre deontología (tensión entre secreto profesional del abogado y obligación de informar casos sospechosos de blanqueo).

Evidentemente la represión del blanqueo, y menos la prevención, tienen componentes de Derecho Penal (tipificación del delito de blanqueo de capitales) pero la generalidad de la acción antilavado tiene lugar en otros ámbitos (Derecho Tributario, Derecho Mercantil Internacional) e incluso extrajurídicos: diplomacia, finanza, relaciones (económicas y políticas) internacionales, etc.

Derecho, Política y Economía, el triángulo sempiterno que hace reducionista la visión unidimensional del problema, cuando se observa desde un sólo vértice porque el blanqueo es un problema jurídico, político y económico al mismo tiempo por lo que la lucha antiblanqueo sólo será eficaz desde esta triple óptica.

El Gran Juego lavado-antilavado es mucho más complejo de lo que sugieren las propuestas del Grupo Wolsberg o la metodología del GAFI y por supuesto que las cínicas declaraciones de los políticos que prometen, cada vez que hay elecciones, acabar con el blanqueo y paraísos fiscales mientras negocian, secretamente, con éstos el sacarlos de las listas negras a cambio de recibir de ellos contratos públicos (Panamá y sus obras del Canal por empresas españolas, por ejemplo) o ventajas comerciales o colocar sus crecientes emisiones de deudas pública.

El autor sostiene la TESIS de que la lucha antilavado está frenada desde los propios Estados que tanto la proclaman pero sin embargo la aplican de forma SELECTIVA, muy alejada de las fervientes proclamas públicas que realizan sobre su supuesto interés de erradicar el blanqueo.


LAVADO Y ANTILAVADO DE DINERO.
Hay muchas definiciones de lavado o blanqueo de dinero. Una simple es considerarlo como las operaciones por las que los activos generados por actividades ilícitas (delitos o fraudes fiscales) se reintroducen en el sistema económico con una apariencia legal. Técnicamente se denominan: Legitimación de Capitales o Activos.

El blanqueo es una actividad inveterada que a nivel superior se asocia a las grandes asociaciones delictivas. Y la internacionalización es una de sus características habituales (no imprescindible).

La técnica del blanqueo sigue el principio de que cada paso dado en el proceso disminuya el nivel de riesgo. No basta con crear una cadena de compañías pantalla o hacer múltiples transferencais internacionales de fondos para ocultar el origen de los mismos. Hay que hacerlo de forma astuta para que en cada paso se añada dificultad a la investigación sobre los mismos.

Por ello el blanqueo a gran escala se convierte en terreno especializado al alcance de pocos, capaces de medir el valor de cada fase. Una estructura mal diseñada puede originar que eslabones añadidos añadan, en vez de restar, las dificultades del blanqueador.

En el orden Penal el blanqueo es un delito de los denominados de INICIADOS. No es para aficionados y es un delito en el que hay tarifas, tasadas y casi conocidas públicamente (discretamente disfrazadas que se consignan como “contratos de arrendamientos de servicios”, con apariencia legal, y cuyo cumplimiento se exige ante TRIBUNALES descaradamente, o como “comisiones” bancarias cargadas directamente en cuenta del clientes al que el banco le hace el lavado).


MAGNITUD DEL PROBLEMA.
Las primeras técnicas antiblanqueo surgen contra el fraude fiscal (a Al Capone sólo se le pudo probar, para encerrarlo, un delito de fraude fiscal), sólo secundariamente se usan para luchar contra el delito.

Sólo tras los '70 tras la internacionalización del terrorismo se advierte la existencia del lavado como actividad criminal autónoma y organizada, al servicio de la gran delincuencia internacional de la que el lavado es un proveedor externo más (como los que les venden armas, protección, etc.).
Ya no es el propio delincuente el que lava su dinero, le confía esa actividad a profesionales independientes que trabajan, simultáneamente para varios clientes.

Los Estados se van convenciendo que dar cobijo al capital delictivo (como los Estados banco: Suiza, Luxemburgo, etc.) o a delincuentes de lujo (España o Mónaco) NO proporciona riqueza al país sino que los degrada socialmente a largo plazo.

El blanqueo NO es una mera consecuencia del delito, es per se, criminógeno y genera más y nuevos delitos al estimular el uso de las estructuras creadas y el capital para invertir en nuevos crímenes.

Tampoco es desdeñable la importancia del dinero negro en la inflación (países desarrollados tienen economías sumetgidas del 10, incluso del 20% del PIB).
No pocos Estados compatibilizan sus “proclamas” contra el lavado con la emisión de deuda pública al portador (España, EEUU, etc.) ofreciendo ANONIMATO en la práctica a sus titulares, directamente o difuminando la identidad del titular de la deuda mediante sucesivas cesiones de crédito (incluso a cero costo fiscal, renunciando a la imposición que obtendría el Estado de ser transparentes dichos capitales).

Por eso la tan pregonada LUCHA ANTIBLANQUEO no parece, ni es, sincera ni en EEUU ni en otros muchos países como España.

Es curioso y paradójico que las dificultades que al lavado ponen las medidas antiblanqueo hace que los blanqueadores no incorporados a grandes redes del crimen organizado (políticos corruptos, evasores fiscales, etc.) terminen por asociarse con estructuras de blanqueo profesionales, incluso mafias, para que les blanqueen sus fondos, favoreciendo indirectamente la expansión y profesionalización del lavado y la progresiva integración de esta actividad en la criminalidad organizada.

Ejemplo en España fue la operación Avispa que sacó a la luz el trato entre delincuentes rusos (organización Malchas Tetruashvili con un diputado de CiU, ex presidente de la Diputación de Barcelona, El Confidencial 16 junio 2007).
Y la permisividad local ante el lavado es un potente imán para la colonización delictiva.

A mediados de los '80 la mayoría de Estados sustituyeron el sistema de Control de Cambios por el de Libre Circulación de capitales lo que favoreció que en sólo 15 años (1990-2004) se triplicaran los flujos internacionales de dinero y cambios de divisas.
Obviamente la delincuencia aprovechó la ocasión agravando el problema de blanqueo ya preexistente.

Las unificaciones monetarias (dolarización en América y el euro en la UE) simplifican las transacciones, las abaratan y contribuyen, indirectamente, al lavado de fondos también favorecido por el desarrollo de las telecomunicaciones que permite tomar y ejecutar órdenes económicas instantáneamente y mover fondos desde y por cualquier lugar del mundo en tiempo real y desde el propio domicilio.

La Globalización económica reciente implanta una filosofía lieral y aperturista en que las fronteras interestatales ya no son barreras del comercio, inversiones transfroterizas y circulación de capitales.

Cada uno de estos pasos favoreció, a su modo, el blanqueo, la posibilidad de invertirlos en el exterior o repatriarlos sin control de cambios.

Para paliarlo la última oleada de leyes anbiblanqueo (3ª Directiva Antiblanqueo UE) tiende a fijar regímenes de declaración obligatoria para movimientos internacionales de dinero (10.000 euros UE). El movimiento de capital sigue siendo libre pero es obligatorio declararlo.

España limita el tránsito por territorio nacional de efectivo superior a 100.000 euros.
Medidas que para un lavador profesional son simples y pequeños inconvenientes pero permite a los políticos alardear de su compromiso en la lucha antiblanqueo.

Toda esa normativa es totalmente inútil en la praxis pero la publicidad dada a unas pocas incautaciones se vende a la “opinión pública” como si hubiera una feroz lucha antiblanqueo. (o encerrando unos meses a Lola Flores, Isabel Pantoja o Mario Conde de turno)

Se engaña el que quiere porque incluso leyendo los diarios es fácil comprobar cómo con frecuencia se publican ciertos escándalos políticos-económicos de grandes dimensiones, constatándose grandes movimientos de capital, que hasta la investigación penal (muchas puramente casuales) habían pasado desapercibidas durante décadas.

Decenas de miles de millones de euros o dólares se revelan depositados en paraísos fiscales, incluso en Estados ortodoxos, en los que los fondos habían sido acogidos y rentabilizados durante años sin que ninguno de los tan cacareados “controles antiblanqueo” supuestamente existentes en los Estados de origen, tránsito y destino de los fondos, los incomodasen lo más mínimo.

El descubrimiento de esas astronómicas sumas (Bárcenas, Pujol, Chávez en Andalucía, etc.) de producirse no son atribuibles al éxito de medidas antiblanqueo sino que constatan su fracaso, pues los controles no pudieron detectar nada ni al generarse, ni trasladarse, ni depositarse en otros Estados.

La INVERSIÓN es el destino natural del ahorro (blanco o negro). Blanquear no tiene sentido si una vez lavado ha de permanecer oculto e improductivo.
Los inversores, legítimos o no, tienden a buscar rentabilidad buscando lo que más les conviene para el nivel de riesgo que asuman, y eso en cualquier lugar del mundo.
La fiscalización estatal sobre las inversiones extranjeras, la investigación sobre el capitalista como requisito para uatorizar la inversión eran una barrera, no insalvable, pero de cierta importancia para constituir inversiones productivas, industriales y/o comerciales, en el exterior.

Por ello buena parte de los fondos lavados se dedicaban a invesiones en valores que carecen de dichas trabas. Ahora los valores compiten con inversiones en empresas “limpias”.

La actividad delictiva tiene una necesidad de lavado casi infinita. Por ejemplo los grupos criminales rusos conocidos eran unas 785 bandas (con Gorbachov) eran ya 5.691 en 1994 (funte: Ministro ruso de Interior Mijail Yegorov) y 8.000 en 1996.
Cada una con unos 50 a 1.000 implicados y controlaban, directa o indirectamente el 80% de la banca rusa, el 40% del negocio privado y el 60% del estatal.

Bastan unas cifras para dar idea del volumen del dinero negro mundial:
- el lavado de dinero negro procedente del delito se estima entre 2 y 10% del PIB mundial (triple que economías como la de España).
- un estudio de 2013 (Fundación Estudios Financieros) estimó el PIB sumergido español en un 20% del total (30% en Bulgaria; Croacia; Estonia; y Lituania. 22% en Italia; 13% en Alemania; 10% en Francia y Reino Unido; 7% en Holanda y Austria; y 3% en Suiza).

En 1996 un grupo de magistrados de varias nacionalidades, preocupados por el auge del blanqueo y la escasa atención que merecía a las autoridades, publicó el Manifiesto de Ginebra: “... la impunidad está hoy casi asegurada en los defraudadores.

Necesitará años, en efecto, la justicia de cada uno de los países europeos para reencontrar la huella de ese dinero, cuando ello no se conste imposible en el marco legal actual, heredado de una época en que las fronteras tenían aún sentido para las personas, los bienes y capitales”


Aproximación al Blanqueo Elemental
Desde que se genera el dinero negro hasta que se coloca legalmente pasa por varias etapas que conforman el denominado: ciclo de blanqueo.
Comprende movimientos de capital, sea físicamente o mediante transferencias o canjes sucesivos de valores. Movimientos que no son mero transporte sino que van lavando los activos porque cada etapa sirve para difuminar o disimular su origen dificultando su investigación, por eso es la fase en que lavadores y órganos antiblanqueo usan más ingenio.

El blanqueador es un alquimista moderno que inicia un proceso interminable de permutación constante de unos bienes por otros para conseguir, tras repetidas combinaciones y operaciones, un complejo polinomio que purifique las ganancias y asegure la fórmula del romano Flavio: “pecunia non olet” (el dinero no huele).

Si bien el blanqueador no busca fórmulas complicadas ni sucesivas transmutaciones de bienes, al contrario, de ser posible limitará el lavado a una sola operación o transformación, si puede mediante una única compañía o testaferro.

La complejidad del blanqueo no proviene de una cadena de agentes y negocios para lavar, sino de fraccionar la masa para repatrirla entre diferentes agentes y países diversificando el riesgo.

Per se el blanqueo no es un proceso complejo (si se dispone de los contactos adecuados). La operación completa pasa por tener una o dos sociedades pantalla, offshore o no, y la adecuada elección de otros tantos bancos y jurisdicciones en que convertir el dinero en activos de fácil de venta.

Si el volumen a lavar es muy alto la concentración de sumas elevadas en una sola mano (testaferro, compañía, etc.) llamará la atención siendo un error del esquema de lavado.

Estos son los dos motivos principales por los que los lavadores diversifican e independizan sus líneas de blanqueo haciéndolas totalmente estancas unas de otras, no porque la técnica del lavado sea complicada.

La misma labor de blanqueo tiene diferente tarifa si se efectúa por delincuentes comunes organizados (especailizados) o instituciones “legales” (sobre todo bancos) y sus empleados de cuello blanco. También hay clases en la delicuencia.

Las tipologías más frecuentes de blanqueo se basan en:
a) uso de negocios legales para simular que las ganancias provienen de ellos.
b) el pitufeo (fraccionamiento de fondos en cantidades discretas, inferiores a los mínimos legales establecidos).
c) creación de tapaderas, estructuras comerciales legales (pantallas).
d) adquirir bienes anónimos (loterías, Deuda pública, etc.).
e) explotación de diferencias legales en el trato del dinero y sus controles entre diferentes jurisdicciones o Estados.

Los movimientos físicos de fondos se realizan por compensación (a A le ponen el dinero en H y lo devuelve pagando aquí a quien le digan) es un sistema instantáneo por teléfono o mejor aún email encriptados.
Aunque suele ser habitual, para difuminar las pistas, mantener el dinero un tiempo en un banco y plaza intermedios antes de remitirlo directamente, así en el improbable caso de una investigación conjunta sobre el financiero remitente y el pagador no podrían relacionarse unos con otro.
Se usan dos o tres bancos de “descanso” en diferentes plazas de un tercer Estado y en los que el dinero cambia de titularidad, se fracciona su importe para reagruparlo más tarde llegando al destino desde cuentas distintas e importes diferentes.

Seguir la investigación antilavado de los flujos de capital lleva a una maraña de razones sociales, empresas, etc. interrelacionadas en las que es fácil perderse. La investigación se ve obligada a definir el corpus de técnicas cuya constatación excuse seguir los pasos intermedios (donde se pierde) e intentar relacionar, directamente, las fases finales con las iniciales. Se intenta definir el comportamiento de la actividad presuntiva de lavado, detectada la fase inicial para intentar DEDUCIR la final.

Teóricamente es razonalbe, en la praxis, es casi imposible de realizar dicha labor porque en el ciclo de lavado cada fase se ramifica en numerosas alternativas que, a su vez, se vuelven a ramificar, etc. NO hay patrones de conducta ineludibles, nada salvo la intuición del investigador puede hacer suponer que un determinado negocio inversor sea la desembocadura de un inicio que sea localizable a partir de ese dato final.
La enorme complejidad real casa mal con el simple cálculo matemático de probabilidades.

Los grandes blanqueadores se caracterizan pos la diversificación de sus técnicas, no usan una única estrategia: sean sociedades pantalla, fundaciones en paraísos fiscales, etc. sino que en su esquema se usan simultáneamente varios mecanismos y vías independientes de lavado.

Por ejemplo, invierten parte de los fondos en metálico a cuentas de sociedades pantalla en paraísoso fiscales, donde se invierten en valores bursátiles o deuda pública de forma diversificada y fraccionando en cantidades discretas (una parte en futuros sobre cosechas, otra parte en Bonos del Tesoro EEUU, otra parte en deuda alemana, otra en cédulas hipotecarias negociadas por bancos de jurisdicciones con secreto fiscal, otra se invierte en Bolsa Nueva York, Londres, simultáneamente, y otra parte se rentabiliza con cuentas corresponsales de bancos que transfieren a una cuenta interior de un país del gusto de los blanqueadores, incluso al suyo de origen y/o residencia, etc.).

El dinero pasa por cambistas y se beneficia de las diferencias del tipo de cambio en que se genera el beneficio y la moneda local del país de destino final de los fondos (si ese país además tiene un mercado paralelo de cambio entre el mercado legal y el ilegal el beneficio aumenta más).

Finalmente el dinero se ingresa en una cuenta visible simulando corresponder al precio de exportaciones de comerciantes locales (no integrados en la red pero colaboradores de ella) y que recibirán en pago una generosa comisión e incluso desgravaciones fiscales como exportadores.

Justificar que hay exportación no es problema, los productos supuestamente exportados se sacan realmente del país, a una zona franca de un Estado extranjero y bajo control de la organización, luego desde ahí se reintroducen ilegalemtne en el mismo país de origen donde se venden en el mercado negro generando aún más negocio a la red.
(modus operandi constatado en la detención del cerebro blanqueador del Cartel de Cali: Franklin Jurado, Luxemburgo, 1990).

Mientras que la detección de los movimientos de capitales apenas puede limitarse al seguimiento físico del dinero y puede ser significativo en la investigación criminal.

Cada operación de blanqueo puede realizarse en metálico, en determinados niveles, por la dificultad material de trasladar una gran masa de billetes por lo que la mayor parte del flujo de capital se hace mediante asientos contables en organismos bancarios por “compensación” sin necesidad de mover físicamente ningún dinero. Este proceder deja siempre una huella documental un hilo que seguir más fiable que las transacciones en metálico que no dejan rastro alguno.

Hay que distinguir negocios y profesionales sospechosos en materia de lavado. Hay profesionales sospechosos por ser susceptibles porque son intervinientes necesarios del proceso: Notarios, Abogados, Contables, etc. Y negocios o empresas capaces de fingir generación de fondos provenientes de otras actividades cuya verificación es muy difícil: joyerías, marchantes de obras de arte, casinos (especialmente los on-line, estén o no ubicados en paraísos fiscales).

El juego on-line es admitido por los Estados ortodoxos, aunque estén radicados en paraísos fiscales, porque les genera beneficios.

Así en España el juego on-line supuso (2012, según la Memoria de la Dirección General de Ordenación del Juego) el 5% de los ingresos tributarios por juego (más de 133 millones euros), por eso no se ponen escrúpulos a los casionos on-line operen, aún radicados en paraísos (generalmente Gibraltar) pues aunque se les escape el Impuesto de sociedades de los mismos pueden controlar parte de la infraestructura técnica (sita en España) mediante la “homologación de los sistemas técnicos del juego”.

En 2013 la Dº Gral de Ordenación del Juego confirmó esa “homologación” para 51 operadores que recibían con ella su Licencia para actuar en España.
La “homologación” permite a la Agencia Tributaria el control de la base impositiva pero no permite controlar el blanqueo si el operador está implicado en él.

El blanqueo mediante casinos, aún sin participar estos y si se burlan sus sistemas antiblanqueo, es relativamente fácil con el pitufeo, permitiendo lavar enormes sumas (usando varios casinos en diferentes jurisdicciones para no levantar sospechas por volumen), en EEUU es suficiente usar casinos de diferentes estados si no son de la misma empresa.

El blanqueador compra fichas en el casino que luego canjea en la caja del mismo casino que extenderá un certificado del canje si es solicitado, así se puede aparentar que el importe corresponde al obtenido en el juego.

Hay casinos que se prestan a canjear fichas por un cheque al portador, negociable desde un paraíso fiscal o incluso, en vez de cheque, realizan una transferencia a la cuenta que el cliente designe, incluso ubicada en paraíso fiscal.

Lógicamente el que canjea las fichas no debe ser quién las adquirió (sería muy sospechoso), pero los blanqueadores usan dos técnicas:
1.- que no sean los clientes, sino los propios casinos los que blanquean con testaferros lo que les permite además manipular su nivel de beneficios “oficial”.
2.- el cliente, sin colaboración del casino, hace pitufeo al adquirir las fichas personas distintas en importes discretos, el recanje lo efectuará luego el blanqueador a cuyo nombre se extenderá el certificado del casino, el cheque al portador o la transferencia.

En la UE los canjes por cantidades elevadas sufren control de identidad del cliente que cambia fichas por dinero, pero es una precaución excepcional, la mayoría de países con juego libre la obligación no se cumple (basta fraccionar el canje en varias veces).
Si el casino es cómplice el canje puede ser hasta ficticio, el cheque se emitirá sin corresponder a ningún canje de fichas, pero para el exterior, tanto el banco librado como cualquier investigador lo supondrán fruto de un jugador afortunado.

A partir de estos esquemas básicos los profesionales del lavado han diversificado y adquirido gran sutileza para eludir los controles señalados por GAFI.

Además los casinos on-line son muy difíciles de investigar pues aunque no sean paraísos fiscales (Costa Rica, por ejemplo) en la práctica renuncian a controlarlos por los ingentes beneficios que les reportan las empresas operadoras. Control que en la práctica sería difícil de aplicar sobre algo tan intangible (on-line, y cuya infraestructuras y equipos informáticos pueden estar en terceros países).

Los jugadores pagan y cobran con tarjetas bancarias de bancos offshore. Pretender controlar esos flujos de efectivo es utópico, aunque GAFI esté consiguiendo restringir la facilidad de blanqueo en los casinos de Estados que siguen sus recomendaciones.

Una versión del lavado en casinos, a menor escala, bien conocida en España, es la compra de billetes de lotería (quinielas, ONCE, etc.) premiados. Billetes de apuestas legales no nomnativos que son comprados por los lavadores que pagan más que el premio ganado.

Este fraude es casi imposible de demostrar (con garantía del Estado).

Para dificultar este fraude rige en España (desde 1 enero 2013) el impuesto a los premios de lotería por importe superiores a 2.500 euros. Pero en la práctica no ha cambiado nada, es una medida teórica sin resultado práctico alguno.

También son blancos del antilavado los negocios que:
- ingresan cantidades significativas en metálico: restaurantes, discotecas, casas de cambio, y todos los negocios - cuyo objeto es de valor no objetivable (propiedades lujo, obras arte, futbolistas de élite, etc.);
- los que permiten mover fondos diluyendo la identidiad de sus tenedores: gestoras de bolsa, agencias de inversión, etc.
- especialmente los que comercian con el extranjero: import-export, giros internacionales de efectivo, etc.
- grupos empresariales cuyas empresas integrantes hacen negocios entre sí en cadena, difuminando el control, multiplicando los datos y haciendo compensaciones entre varias jurisdicciones nacionales dificultando la investigación. Se efectúan múltiples operaciones ficticias entre empresas compinchadas para aparentar movimientos de efectivo y/o compraventas, lo que se denomina carruseles.
- empresas promotoras (constituida, o no, por el blanqueador) y que adquiere inmuebles, generalmente edificios singulares, solares, o simplemente DERECHOS como opciones de compra. La razón es dificultar una tasación objetiva lo que permite declarar precios ficticios, pues son convencionales, no sujetos a un mercado establecido. Se documenta por debajo del valor real y se revende muy por encima.

La adquisición de inmuebles suele ser la última etapa del tracto de blanqueo, aunque no siempre es así. El auténtico propietario no figurará públicamente como tal, sino como arrendatario, acreedor hipotecario del mismo, etc., mientras figura públicamente un testaferro o una empresa pantalla.

Ante la dificultad de los antilavadores de demostrar estos “negocios” muchos Estados ortodoxos han caído en una barbaridad jurídica: invertir la carga de la prueba. Ante un caso dudoso se da por hecho el fraude y corresponde al inculpado demostrar su inocencia, la legitimidad del origen de los activos y la ralidad de los negocios de cobertura. Y muchos negocios inocentes pueden verse acusados y en difícil trance pues no siempre es posible demostrar la inocencia, por eso se denomina por los juristas “probatio diabolica” a la prueba negativa.

Una ventaja para los lavadores que “invierten” en obras de arte es que casi cualquier precio que se consigne en la transacción será verosímil (artículos lujo, obras arte, etc.). Los investigadores podrán sospechar blanqueo en esos precios, pero demostrarlo es muy difícil.

Además el mercado de arte mueble y productos de lujo de alto valor (no inmobiliario) ofrece una ventaja más al lavador: pese a existir registros públicos de inventario de patrimonio histórico-artístico (sólo en algunos Estados) su función es mantener dichos bienes localizados e impedir su salida al exterior, pero a diferencia de los registros inmuebles, carecen de facultades calificadoras de los titulares y además no son públicos siendo fácil mantener la confidencialidad del auténtico propietario de las mismas. Y aunque la transmisión se hace por escritura pública no es necesario registrarla por lo que no dificulta el lavado.

Se puede disponer de dinero en efectivo en cajeros automáticos sin necesidad de tener cuenta bancaria, mediante tarjetas prepago. Sus ventajas son que NO son personales, PUEDEN transferirse a otra persona, y adquirirse on-line sin tener que verificarse la identidad del tenedor. Además pueden recargarse, desde el país emisor o desde otros. Permiten hacer compras y sacar dinero en cajeros automáticos o bancos concertados.

El ANONIMATO que proporcionan las diferencia de los cheques de viaje (travellers cheks) que son nominativos (por garantía antirobo).

El incremento exponencial de negocios en Internet y los sistemas de seguridad de ese comercio que protegen las tarjetas y sus claves, han desarrollado sistemas de seguridad como Pay-Pal que no requiere la identificación del adquirente en cada pago (sólo al inscribirse en la red Pay-Pal y proporciona una clave por lo que sus interlocutores negociales sólo saben que la operación se llevó a buen fin, o no, pero no la identidad de la contraparte).

Así estos sistemas permiten transferir fondos al exterior mediante pagos ciertos, sin necesidad de tener que fingir compraventas, el sistema permite la transferencia de fondos entre particulares y no sólo pagar compras.
El elevado número de transacciones hace que en la práctica uno en particular sea fiscalizable al pasar inadvertido entre los que se hacen diariamente.

Otra vía de lavado clásico es el comercio con oro. Pero tiene sus problemas (uno no pequeño es la avaricia que despierta lo que hace inseguro su almacenamiento) pero sobre todo la dificultad de su adquisición anónima, su peso y volumen dificultan su movilidad, especialmente a través de fronteras.

En parte se soslayan con compras en Internet en empresas especializadas como E-Gold que permite comprar vía Red para inversión, puede revertirse la compra cuando el tenedor lo desee en la moneda que elija (al tipo de cambio vigente en ese momento y sin tener que ser la misma divisa con que se adquirió).

En estos casos el oro es sólo un valor de referencia que el titular nunca llega a ver, él entrega dinero y recibirá dinero, el inversor juega con la diferencia de cotización.

Los blanqueadores de grandes sumas lo hacen, en parte, con el deporte de élite que mueve ingentes sumas (la ONU estima la contribución del deporte como el 3% del PIB mundial).


EL BLANQUEO DEPORTIVO.
Buena parte de esa masa de dinero se produce en negocios transaccionales: contratación de deportistas (futbolistas) extranjeros, comercialización de derechos de retransmisión, explotación merchandising, etc.

El uso del deporte como vector de lavado es elemental pero difícil de probar. Veamos, X precisa lavar una gran suma obtenida ilícitamente. Adquiere un club de fútbol, nacional o extranjero, preferiblemente en situación económica precaria. Ante los socios se presenta como el salvador de la situación.

Una vez poseedor de los títulos o derechos de propiedad del club, tiene varias vías para blanquear:
- establece una compleja relación con empresas propias (proveedoras, especialmente de intangibles: servicios, etc. que permitan valoraciones discrecional de los mismos), el club acepta y puede manipular los beneficios a discreción.
- negociación de compra de jugadores, especialmente fichajes bajo su control por contratos de agencia o representación exclusiva (blindados). Estos deportistas se presentan con un caché alto que es aceptado y lo que permite justificar el pago de enormes sumas, obviamente no pagadas en el interior del Estado donde se ubica el club, sino en algún paraíso fiscal, y no directamente al deportista sino a una agencia mediadora (también controlada por el presidente del club por algún testaferro o sociedad pantalla).

El club acepta valorar el fichaje por N millones euros, su agente (testaferro o socio del presidente) percibe una comisión (aparente o cierta del 10%), la agencia mediadora (por cualquier concepto cobra el 80%, no fiscalizados al estar en paraíso fiscal) y el deportista percibe un 10% de la cantidad que se publica en prensa y que acepta porque sabe qué ese es su valor real.

Al menos ese 80% puede ser puro y duro blanqueo que el Estado donde se ubica el club tiene que aceptar (son rentas a abonar a una entidad extranjera por un contrato suscrito en el exterior, impuesto por el fichaje supuestamente exterior) al no ser rentas generadas en el interior el país anfitrión del club no puede intervenir.
- puede contratar fichajes “estrella” ajenos a los manejos del dueño del club. Estas estrellas pueden blanquear, para sí o terceros, prestando su nombre a los derechos que no tributen directamente en el país donde jueguen. Las rentas que obtienen en éste se reducirán, cara al fisco, a su sueldo mensual, el resto (la parte del león: derechos de fichaje, derechos de imagen, etc.) no se negocian por ellos sino por una agencia (del propio deportista en forma oculta y ubicada en paraíso fiscal a la que han cedido dichos derechos, eludiendo el pago por sus mayores ingresos y puede blanquear todo ese importe o parte)
- hay muchas más formas de lavado “deportivo” basta leer el informe GAFI, especialmente en todas las operaciones que permitan introducir un extranjero (deportista, agente, etc.).

Muchos grandes delincuentes siguen la regla de diversificación 3/3. Un tercio en inmuebles, un tercio en valores y el resto en valores monetarios (oro, plata, diamantes, etc.), todo a nombre de testaferros, siguen así un principio prudente de diversificación que conjuga la estabilidad de los inmuebles con liquidez (divisas) y fácil transporte y liquidez (oro, diamantes, etc.) en cualquier lugar, además de obtener una rentabilidad,

El uso de empresas pantalla y testaferros enmascara las identidades y titularidades reales de los bienes así como el origen de los mismos. Así un lavador español adquirirá una empresa o fundación en Liechtenstein pero de la que será titular un italiano o un alemán que no le vincule de ninguna forma con su auténtico origen. Este cambio de nacionalidad es frecuente en cada paso del ciclo del lavado.

Cuando algún Estado renuncia a tener moneda propia y adopta otra (dolarización, euro, etc.) carecen de capacidad de control sobre la masa monetaria en su interior siendo candidatos óptimos para lavadores mediante cambio de moneda, especialmente si hay un gran volumen de negocio, comercial y/o financiero (Panamá, Ciudad Este, etc.) y si además concurren otros factores como escasa o nula eficacia de los organismos inspectores financieros.
La generación de divisas puede ser imprescindible para invertir en mercados locales los fondos a lavar.

Un millón de euros en 2.000 billetes de 500 pesa 2,28 kg., mientras que un millón $ EEUUU pesa 10 kg. (10.000 billetes de 100 $).

En el movimiento internacional físico del dinero (lavado modesto) se usan profesionales fuera de sospecha (camioneros, marinos, azafatas, pilotos, etc.) pero generalmente se usan transferencias bancarias ordinarias o como inversión (desinversión) en sucesivos fondos, valores bursátiles, etc.) que difuminan y pierden su origen.

Una mención especial para las ONGs, que SON UNO DE LOS INSTRUMENTOS PREFERIDOS DEL BLANQUEO especialmente en la FINANCIACIÓN DEL TERRORISMO.

Incluso creadas expresamente como tapadera o infiltradas por los delincuentes para hacer transferencias disfrazadas de donativos a los beneficiarios últimos (terroristas).

Una línea clásica de lavado es la generación de plusvalías ficticias pero aparentemente legales. La compañía A adquiere un inmueble a cierto precio, que revende a la compañía B por un precio superior. A y B son del mismo grupo aunque aparenten no tener relación se han concertado para justificar la plusvalía de A o la excesiva onerosidad de B. Al final el inmueble valer, a efectos públicos, lo que haya pagado por él el último adquirente pero dicho precio puede ser ficticio (incluso ya en la primera adquisición de A si lo adquiere a otra empresa del grupo).

Las diferencias de valor en las sucesivas transacciones justifican la aplicación de dinero opaco.

El negocio puede hacerse a la inversa para justificar el origen de unos fondos. A vendería a la baja y B revendería caro con lo que recibe sustanciosas plusvalías (ficticias). No las recibe porque C, la compradora oficial, también compinchada, no las paga realmente.
El resultado es que C es transparente y limpia. B ha recibido en teoría una gran suma justificable ante cualquiera como un buen negocio realizado.

Si además incluimos otros eslabones, internacionales y radicados en paraísos fiscales que no facilitan información a terceros países, la confidencialidad de las operaciones es inexpugnable.

Por eso estas operaciones han de hacerse sobre inmuebles (o muebles) únicos, lujo, etc. con valores no sujetos a parámetros de mercado y totalmente discrecionales.

Mejor aún, no se precisa disponer de bienes tangibles, usualmente el lavado se justifica mediante operaciones ficticias con valores bursátiles (adquisicón equity swap con sendos agentes financieros legales y respetables pero concertados) se prometen uno al otro la compra futura de unas determinadas acciones de una empresa real, limpia y cotizada en Bolsa, a un determinado precio fijo. Juego de riesgo para expertos. En estos negocios se multiplican y dilapidan fortunas cotidianamente en todo el mundo por lo que no son sospechosos, a priori).

Además NO suelen documentarse formalmente por lo que sirven para justificar operaciones no realizadas que supuestamente permiten justificar el devengo de grandes beneficios públicamente.
Aunque el negocio sea falso es verosímil, y el grado de sutileza puede mejorarse en gran medida.

Otro sistema de blanqueo con mercado de valores es con la estrategia de la DELTA NEUTRA, estrategia bursátil de cálculo de riesgo de valor que se aplica a los warrants (títulos con vencimiento futuro y cuya cotización varía con el tiempo).

Un jugador financiero puede justificar falsamente, plusvalías o minusvalías, blanqueando impunemente, al operar con estos valores.

Una de las estrategias es la Delta Neutra (su valor 50%, ó 0,5. Es decir, cuando las probabilidades de que ese valor termine in the money a su vencimiento son las mismas de que no termine in the money)

Compañías controladas y no cotizadas (las cotizadas son demasiado caras para adquirir el control y están vigiladas) permiten comprar acciones propias: autocartera, por la misma sociedad, jugando con el diferencial de los precios de compra y venta (manipulables por la sociedad).

Ejemplo, un accionista (testaferro concertado del auténtico propietario) pone a la venta sus acciones. Como le obligan los estatutos corporativos anuncia a la empresa su intención. La compañía interesada en adquirir dichas acciones las mantiene temporalmente en su poder (en España pueden tenerse así, sin reducir capital, 2 años tras los que tendrá que disminuir capital o revenderlas).

La empresa opta por revenderlas, pero lo hace por un valor superior al de adquisición, obteniendo así plusvalías formalmente irreprochables.

Evidentemente tanto la venta como la compra pueden ser pura ficción y los precios amañarse para justificar dichos beneficios cuyo importe estará perfectamente blanqueado.

Con las obras de “arte”, especialmente el abstracto, el blanqueo es fácil. Su precio es 100% subjetivo y arbitrario. Se vende porque se compra y se cotiza porque hay quien lo paga.
UNA FRACCIÓN IMPORTANTE DEL LAVADO DE DINERO MUNDIAL SE SUSTENTA EN ESTOS MERCADOS DE “ARTE” que generan importantes plusvalías “legales” en las reventas. aunque luego muchos necios confundan "arte" con "precio astronómico" muchas veces totalmente ficticio.

También se puede blanquear comprando empresas con actividad real en países de fiscalidad ortodoxa, esta empresa se usará como pantalla a la que se atribuirán beneficios provenientes de actividades delictivas. Por ello se escogen negocios con volumen imposible de determinar realmetne (lavanderías, empresas de servicios, de intangibles, o empresas del sector primario cuyo material explotado sea de valor variable (canteras de piedra para construcción), etc. y pero de difícil determinación.

Preferiblemente se elige una empresa barata (por tener dificultades o mucha oferta de ellas), la empresa sigue operando en su negocio natural y la operación es totalmente legal y transparente. Lo que se hará es declarar al fisco más beneficios de los que tenga (los generados delictivamente) así quedarán legitimados aunque al coste del peaje fiscal.

Internet además del anonimato y facilidad para mover fondos permite hacer transferencias encubiertas usando mundos virtuales (Second Life, Entropia Universe, etc.) y las distintas monedas virtuales (bitcoin, litecoin, ripple, novacoin, etc.) aunque pese a su nombre no son auténticas monedas sino UNIDADES DE CUENTA y medios de pago derivados (Ripple es más propiamente un instrumento de crédito).

Pero este dinero PRIVADO tiene singularidades que lo diferencian del dinero público y facilitan el blanqueo. Entre otras razones porque:
1º.- permite compensaciones opacas.
2º.- la falta de control sobre las vías de pago favorece la evasión fiscal de los negocios comerciales pagados así.
3º.- el dinero virtual se desplaza por la Red, intangible, sin control fiscal ni aduanero.
4º.- no requiere almacenarlo físicamente.
5º.- por su seguridad en el tipo de cambio respecto a las divisas verdaderas.
6º.- el tracto comercial en la Red favorece el anonimato de los intervenientes y la conversión de unos bienes en otros.
7º.- reduce la necesidad de intermediarios en las transacciones.

La investigación antiblanqueo toma como blancos de su interés una serie de indicios típicos, los que buscan los “oficiales de control” de las entidades involucradas como:
· los bancos, entidades obligadas a mantener procedimientos de debida diligencia en el control de transacciones y clientes,
· las unidades de inteligencia financiera de la Administración (UIF's o FININT), y
· la Policía.

Como ejemplos más elementales:
· manejo de billetes (pequeños o grandes) no habituales en el negocio del cliente.
· realizar transferencias internacionales por sujetos que no han salido nunca de su localidad o carecen de actividad comercial (ni familiares) en el exterior que justifiquen tales movimientos.
· constitución y rescate anticipado de pólizas de seguros de vida y fondos de inversión.
· uso de tarjetas de crédito para giros internacionales reiterados (encubrir pitufeo).
· conductas impropias en los negocios (asunción riesgos inútiles, pasar físicamente oro por fronteras, etc.).
· movimientos reiterados de fondos por clientes sin actividad conocida que los justifique.
· transferencias rápidas de bienes recién adquiridos y pagos al contado (en algunas jurisdicciones, como España, los pagos en efectivo están limtiados).
· uso de sucursales bancarias pequeñas alejadas del domicilio del cliente en las que hace grandes transferencias.
· cambios frecuentes de moneda de diverso origen (sin negocio que justifique las acciones).
· resultados comerciales increíbles o crecimientos inusuales de los mismos.
· repentinas reactivacioens de cuentas inactivas o grandes transacciones por clientes desconocidos.
· negocios inverosímiles (real: compra máquina usada en África, país importador de la misma, no exportador).
· tranferencias exteriores casi inmediatas al depósito de fondos en banco de poblaciones de paso.
· cesión, reiterada, de cuentas para operaciones de terceros.
· complejidad innecesaria en los movimientos de fondos que finalizan en operaciones de compra o pago que no precisan tales complejidades.
· un grupo de titulares (o cuentas supuestamente independientes) que acaban girando o recibiendo del mismo destinatario.
· TIF (Transferencias Internacionales) desde la misma oficina y el mismo empleado (involucrado). En paraísos fiscales es el propio banco el que organiza el lavado.
· reticencias del cliente a desvelar el origen y destino o destinatarios de los movimientos.
· alusión de herencias no demostradas como origen de fondos y si además gira al exterior.
· movimientos grandes, rápidos y/o frecuentes de dinero.
· regularidad en cantidades giradas desde una cuenta a proveedores desconocidos (cercanas, pero inferiores al límite legal para declararlo).
· uso reiterado de billetes extranjeros de series antiguas (pertenencia a botines ocultos hasta prescribir delito).
· giros al exterior antieconómicos.
· envíos a compañías offshore o con nombres ambiguos no aclaratorios de su actividad.
· ignorancia del empresario sobre aspectos básicos u ordinarios del negocio al que dice dedicarse.
· el cargo de muchas tarjetas de crédito de personas no vinculadas en la misma cuenta.
· pago de precios irreales en la adquisición de mercancías, bienes, etc.
· patrón de pagos anómalo (mucho coste de compras, desproporcionado a su personal y estructrua).
· transferencias al exterior inisuales o sospechosas, inexplicables para la actividad declarada.
· pagos al exterior resultantes de condenas económicas en pleitos en el extranjero conseguidos fácilmente (condena en rebeldía, confesión condenado, etc.) especialmente si se fraccionan y se ingresan en diferentes cuentas (incluso en países terceros ajenos al juicio o paraísos fiscales).
· uso de cheques de casino, billetes lotería (suerte habitual).
· cambios de última hora en las instrucciones al banco sobre destino de fondos (siempre sospechosos).
· retirada de fondos en efectivo desde cuentas societarias.
· compañías sin sede física (y/o negocio verificable) que usan únicamente cruce documentado sin constatación de trasiego de servicios o mercancías.
· clientes cuyo perfil no corresponde con el del cliente habitual de la sucursal.
· rebote de fondos a otras cuentas nada más ser recibidos.
· reiterado cambio de moneda por valor inferior al mínimo establecido por los controles antiblanqueo.
· multiplicidad de cuentas, entidades y países manejadas por una sola persona (física o jurídica).
· control de ganancias juegos de Internet.
· compras de bienes anónimos (joyas, oro, o de fácil transporte: títulos al portador, etc.).
· reticencias a firmar formularios de declaración de origen de los fondos o cambios de versiones del mismo.
· los que realizan todas sus transacciones en efectivo, incluso las comerciales, son sospechosas.
· pasajes aéreos cuyo retorno no se usa (típico de transportistas de dinero).
· transferencias electrónicas (permiten falsear la identidad del remitente).

La fase intermedia del lavado es la de ENCUBRIMIENTO (layering) en la que los fondos se mueven pasándolos por sucesivas titularidades, países, etc. impidiendo su seguimiento. No suele ser muy compleja (mayor posibilidad de descontrol y filtraciones a mayor complejidad).

Una vez es indetectable el origen de los fondos es absurdo añadir más piezas a la estructura, además cada eslabón aumenta el coste pero es frecuente añdir, rutinariamente, un par de sucesivas compañías o fundaciones por cuyas manos pasen los fondos para dificultar aún más la investigación y suelen ser un margen de seguridad para finalizar la fase.

La última fase: COLOCACIÓN (placement) del dinero en el sistema legal puede producirse, o no, mediante el depósito físico del activo (dinero, valores, acciones, etc.) en la Banca.

En ocasiones el blanqueador opta por adquirir, directamente, los bienes cuyo precio abona con dinero opaco.
Es la fase más llamativa y donde se evidencia el origen oscuro de los fondos por ello en ella se aplica la mayor discrección: pitufeo, fraccionamiento de remesas y depósitos, adquisiciones etc. siempre en cifras modestas no llamativas.

Un clásico es la compra de empresas en crisis en las que es más fácil justificar, contablemente, plusvalías. El mecanismo es:
· se adquiere una compañía descapitalizada y sin negocio efectivo.
· se justifican ganancias mediante falsos negocios de ventas, especialmente si son bienes tangibles o difíciles de comprobar que justificarán beneficios.
· los fondos inyectados subrepticiamente como pagos de estas ventas irreales a clientes ficticios, generalmente empresas pantalla del mismo grupo lavador, preferentemente domiciliadas en jurisdicción exterior que dificulte la investigación.
· las empresas elegidas suelen ser las que tienen una producción inmaterial (consultorías, gabinetes, asesorías) o del sector primario en que las empresas con ventas falsas no precisan adquirir a proveedores dificultando su fiscalización del producto “vendido”.

La expresión “delito de cuello blanco” apenas si era usada hasta que el criminólogo comenzó a hacerlo. A finales de la década de 1930, prácticamente todas las incidencias de robo eran vinculadas a personas pobres. Sus colegas sociólogos habían llegado a la conclusión de que la delincuencia era resultado de “trastornos mentales, desviaciones psicópatas, barrios bajos y familias ‘deterioradas’”; se creía que menos del dos por ciento de la delincuencia provenía de quienes integraban los altos niveles socioeconómicos.

Sin embargo, creía que este panorama general era no solo sesgado, sino miope, ya que no tomaba en cuenta los robos perpetrados a simple vista. “Los ‘barones del robo’ de la última mitad del siglo XIX fueron criminales de cuello blanco”, dijo en 1939 a la multitud de la Sociedad Sociológica de Estados Unidos. Hizo mención de una anécdota, cuando —quien fue el estadounidense más rico hasta su muerte en 1877— dejó entrever que su riqueza familiar era mal habida cuando dijo: “No suponen que es posible gestionar una ferrocarrilera acatando la ley, ¿o sí?”.

Según la gente que se mueve tanto dentro como fuera de la ley, gracias al internet y a los paraísos fiscales hoy resulta todavía más fácil para la delincuencia de cuello blanco pasar inadvertida. El efectivo se acumula en cuentas intocables en islas; los cheques corporativos se pueden falsificar y después depositar; el lavado de dinero adopta la forma de una tarjeta de débito prepagada; las operaciones fiduciarias con información privilegiada son solo una conversación acompañada de unos tragos.

Te sorprenderías al descubrir lo sencillo que es robar mientras se mantiene una fachada de respetabilidad.

Fraude con cheques

Los cheques pueden ser herramientas útiles para cometer robo corporativo y lo que se conoce como robo de cuenta corriente. Para cometer estos tipos de fraude se requiere un entendimiento muy básico de la falsificación. Cuyas hazañas criminales inspiraron la película Atrápame si puedes, comenta que para robar a una empresa los mejores falsificadores “toman un logo corporativo y quizá la fachada del edificio, lo usan de fondo y pueden hacer un cheque que se vea diez veces mejor que el real”. Después llaman a la empresa y piden hablar con alguien del departamento de cuentas por cobrar. Acto seguido, explican que quieren pagar una factura mediante una transferencia a la institución, y así se enteran de dónde efectúa esta sus transacciones bancarias, además del número de ruta y los números de cuenta. Agregan esa información al cheque falso.

Gracias al internet y a los paraísos fiscales hoy resulta todavía más fácil para la delincuencia de cuello blanco pasar inadvertida.

A continuación, encuentran a alguien dentro del área de comunicaciones corporativas que les entregue un comunicado de prensa, pues este usualmente incluye la firma del director general o de finanzas. Escanean el documento e imprimen la firma en el cheque. Salvo que el monto de este sea superior a 2000 dólares, lo más seguro es que no sea revisado. “Ningún humano ve el cheque; pasa por un procesador de alta velocidad”, dice Abagnale. Durante los últimos cuarenta años, ha sido consultor de instituciones financieras y agencias gubernamentales estadounidenses para combatir fraudes. Según la Reserva Federal, en 2015 se falsificaron alrededor de 17.000 millones de cheques, con un valor aproximado de 27 billones de dólares.

Otra forma más común de usar los cheques de manera fraudulenta es apropiarse de una cuenta particular.

“Digamos que me diste un cheque por nueve dólares”. “Todo lo que haría es ir a checksinthemail, donde tienen todos y cada uno de los estilos de cheques que te puedas imaginar”. Los defraudadores pueden buscar el estilo que más se asemeje al cheque que les entregaron —por ejemplo, para copiar los árboles en el fondo— y después hacer un cheque a nombre de otra persona con la información bancaria de la víctima. Cuando el banco de la otra persona recibe esos cheques, los cargará a esa cuenta. El estafador puede pagar la renta y sus tarjetas de crédito, o acudir a un lugar donde se cobran cheques en efectivo y salir de ahí con miles de dólares. “No es sino hasta meses después cuando alguien lo descubre”, indica Abagnale. “Y el banco es responsable de pagar a ambas partes incluso si el negocio presenta una denuncia dentro de los treinta días siguientes”.

Compraventa de valores inflados

Desde hace tiempo, los estafadores han ideado fraudes para presionar a los clientes ingenuos a comprar bienes, en especial de acciones que cuestan muy poco, con promesas de que les darán consejos espectaculares e información privilegiada. Hoy en día, el manual de la compraventa de valores inflados se aplica a la nueva frontera de las criptomonedas.

“Una de las cosas que estamos viendo en el ámbito de las monedas virtuales es la aplicación de estos viejos fraudes con una conducta nueva”, explica el director de aplicación de la ley de la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos de Estados Unidos. En el caso de la compraventa de valores inflados se necesita un mercado poco comercializado en el que sea fácil manipular las variaciones de precios y que estas sean desproporcionadamente grandes en comparación con lo poco que cuestan los activos.

“Si compro cientos de acciones de Apple, eso no va a mover el precio”. “Pero digamos que hay una nueva moneda; si compras cien monedas o acciones, esa operación podría ser el total de los movimientos de ese día. Si se estaba comercializando a diez centavos, eso podría triplicar o hacer subir más el precio”.

“Una de las cosas que estamos viendo en el ámbito de las monedas virtuales es la aplicación de estos viejos fraudes con una conducta nueva”.

Regulador experto en futuros

Los estafadores comienzan invirtiendo una enorme cantidad en una moneda relativamente poco conocida. Después diseminan información errónea en las redes sociales; afirman, por ejemplo, que un famoso inversionista está invirtiendo en la moneda. Pueden publicar artículos falsos que señalen que se otorgó una línea de crédito de un banco o empresa como MasterCard, y después hacen circular vínculos a las noticias falsas en las redes sociales, lo que provoca que se corra el rumor en cuentas de Twitter conocidas por promover acciones. Es riesgoso que las noticias sean demasiado atractivas. Un artículo que afirme que el presidente de la Reserva Federal está respaldando una moneda desconocida o que Estados Unidos va a usar una moneda específica no sería creíble.

Los defraudadores suelen cultivar una identidad cibernética en Twitter o Facebook que se da a conocer por especializarse en recomendar monedas o selecciones de valores; acto seguido, recomiendan el valor que quieren inflar y esperan a que sus seguidores lo compren. “Entonces tienes transacciones que corroboran la información falsa”. “Recibes los informes falsos, la moneda sube y después te parece creíble”. Siguiendo de cerca el entusiasmo por la moneda, venden cuando les parece que llega a su punto máximo. Como tienen en su poder la mayor parte de la moneda, su precio se desplomará en cuanto vendan lo que poseen. “Esto puede ocurrir en cuestión de minutos”, afirma el experto.

Los paraísos fiscales

La gente que quiere mantener su dinero lejos de la entidad que recauda impuestos lo llevará a otro país. Quienes son lo suficientemente ricos ni siquiera tienen que buscar ese paraíso fiscal: las oportunidades irán a ellos. “Cuando tienes más de 20 millones de dólares, vas a comenzar a ser blanco de estas instituciones financieras. Te invitarán a eventos deportivos como el golf o a noches de gala”, dice un profesor asistente de economía de la Universidad de California en Berkeley, y autor de La riqueza escondida de las naciones. “No te lo venden de manera agresiva, más bien te hablarán sobre inmunización fiscal y estrategias legales”.

El ocho por ciento de la riqueza financiera neta de un país se encuentra en cuentas extranjeras que no pagan impuestos.

Hasta la crisis financiera de 2008, según la investigación, Suiza controlaba aproximadamente un 50 por ciento de las cuentas offshore o extraterritoriales que usaban los más ricos del mundo; hoy esa cifra es de casi 25 por ciento. Ahora se almacena más riqueza en Asia: Singapur y Hong Kong albergan un 30 por ciento de las cuentas extranjeras en uso, mientras que el resto se encuentra en el Caribe, en Panamá y Europa.

Un abogado o asesor financiero usualmente es quien establece una empresa fantasma. “Hay intermediarios: bufetes que pueden conectar a la gente con los bancos y que proveen estas empresas fantasma anónimas”. Una vez que se establece la empresa fantasma, esta envía una factura por servicios ficticios, como asesoría en inversiones. Posteriormente, el pago de estos servicios va a la cuenta de banco extranjera vinculada a la empresa fantasma. El rastro documental resultante parece legítimo.

Calcula que una cantidad equivalente al ocho por ciento de la riqueza financiera neta de un país se encuentra en cuentas extranjeras que no pagan impuestos; en 2016 fue de alrededor de 8,6 billones de dólares. “Hay bastante opacidad”, dice. “Existe toda esta riqueza corresponde con un papeleo, y las autoridades no cuentan con una buena forma de penetrar ese velo de confidencialidad. Dependen de la buena voluntad de los banqueros, lo cual no es suficiente”.

Tener acceso al dinero en una cuenta extranjera es tan sencillo como usar una tarjeta de crédito de un banco extranjero o sacar un préstamo en Estados Unidos respaldado por los activos que se tienen en el extranjero. “No tienes que presentarte”. “Se puede hacer remotamente”.

Operaciones con información privilegiada

Los empleados de empresas que cotizan en la bolsa suelen poseer algo muy valioso para los inversionistas externos: conocimiento sobre los planes de sus empleadores más allá de lo que se dice en los boletines de prensa. Quienes estén dispuestos a compartir esa información —y que quizá se benefician ilegalmente de ella— a fin de burlar al mercado de valores saben circular entre los diversos departamentos de la empresa, menciona una exanalista que fue a prisión por compartir información con Raj Rajaratnam, fundador multimillonario y exdirector del fondo de cobertura Group y de otros más.

“Siempre estaba tratando de conocer gente en el departamento de finanzas y la cadena de mercadotecnia de la empresa”. “En ventas saben cuáles son los valores contables; en mercadotecnia saben lo que la gente está buscando”. Intel controlaba casi el 90 por ciento del mercado de computadoras personales de microchips cuando ella estaba ahí, por lo que la información que ella recabó le dio a este la capacidad de predecir las fortunas de Intel y de todo el mercado de las computadoras personales.

Los círculos sociales y profesionales se pueden usar para sacar información a cualquiera que esté dispuesto a compartir información secreta.

Si se trata de comprar o vender acciones con base en estas predicciones, las personas que trafican información privilegiada deben evitar acertar cada vez. Demasiadas transacciones inmediatas y extraordinarias, que además sean correctas, pueden levantar sospechas. “El gobierno detecta a quienes trafican con información privilegiada”, que ahora da conferencias a empresas sobre los peligros de esta práctica. Las autoridades federales estadounidenses no son las únicas en busca de transacciones inusuales. Las empresas pueden meterse en problemas si hay demasiadas fugas de información, y lo mismo sucede con los fondos de inversión si actúan a partir de esos datos, así que ambos tipos de empresas están al pendiente de posibles actividades sospechosas.

Los círculos sociales y profesionales se pueden usar para sacar información a cualquiera que esté dispuesto a compartir información secreta de productos o estrategias. “Digamos que Samsung tiene problemas con sus baterías y si algún conocido mío comentó algo sobre los problemas, yo empezaría a sondearlo para saber más. Sé lo que el mercado está buscando”. “Haría preguntas cada vez más detalladas”.

La manipulación es la clave para obtener información confidencial, pero quienes trafican información privilegiada tratan de ser amigables y de no levantar sospechas; la gente se deja persuadir más fácilmente si se le hace sentir poderosa, querida e incluida en los niveles superiores de la sociedad financiera comenta: “Yo usaba mi estilo de vida, mi éxito y todo eso que nos hace parecer exitosos”.

Lavado de dinero

Los negocios ilegales buscan todas las formas posibles de volver a poner en circulación el efectivo que tienen. Lavar ese dinero sucio en Estados Unidos requiere que “estructuren” sus depósitos de dinero mal habido. En ese país, los bancos deben informar sobre transacciones de 10.000 dólares o más en efectivo, de tal modo que sus depósitos tienen que ser inferiores a eso.

“Los delincuentes entienden que las leyes bancarias estadounidenses se han vuelto mucho más estrictas en los últimos años”, explica el fiscal federal para el Distrito Sur de California. “Solían depositar 9999 dólares en diez o veinte bancos distintos. Ahora buscamos esas actividades sospechosas”. Los que buscan dedicarse a lavar dinero tratan de evitar activar el software que los bancos usan para mantener controles contra el lavado de dinero al variar sus depósitos según cantidad, ubicación —geográfica y bancaria— e incluso el horario.

Se lavan hasta 1,6 billones de dólares al año en todo el mundo.

Las tarjetas de débito prepagadas ofrecen un método más anónimo (y que requiere menos trabajo) de poner a circular el dinero sucio en el sistema. “Una nueva forma en la que las organizaciones lavan dinero es comprando tarjetas de regalo o de débito que pueden revender y así transferir dinero fácilmente”, comenta Braverman. Como cualquiera puede comprar dichas tarjetas en una farmacia, por ejemplo, son más difíciles de rastrear que los depósitos bancarios, que requieren cuentas. De todas formas, los compradores necesitan limitar sus depósitos en las tarjetas de débito a menos de 10.000 dólares.

Si los que lavan dinero quieren hacer las cosas a la antigua, pueden contrabandear efectivo entre fronteras. Lo mejor es sellar el dinero al vacío o empacarlo en plástico para reducir su volumen —un millón de dólares llega a requerir mucho espacio— y contratar a un mensajero para que lo transporte en morrales a un país con leyes bancarias más laxas. Una vez que el dinero está en alguna nación así, los dólares se pueden cambiar a la moneda local en una casa de cambio.

La ONU calcula que se lavan hasta 1,6 billones de dólares al año en todo el mundo. La cultura popular e incluso los libros bitcoin nos hacen creer que los negocios en los que se maneja efectivo, como los clubes nocturnos con desnudistas, los lavados de autos y los casinos, son los mejores lugares para lavar dinero; la realidad es que lidiar con la carga de dirigir un negocio legítimo y realmente pagar impuestos es todo menos dinero fácil.

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