domingo, 22 de abril de 2018

Las transferencias hawala

Una de las imágenes más negativas que tiene que soportar tradicionalmente Málaga y la Costa del Sol es la de ser el paraíso del blanqueo de dinero, tanto el de procedencia fiscal oscura, como el proveniente del crimen organizado, el narcotráfico, el tráfico de armas o la trata de blancas. De la delincuencia internacional, en suma. Esta imagen nefasta se sustenta no tanto en que la Costa del Sol sea un lugar propicio para el blanqueo, pues es indudable que aquí impera la misma legislación que en el resto del país, como porque esta zona de Andalucía, junto a otras españolas como el Levante, Baleares o Cataluña, sea el lugar escogido por delincuentes internacionales para vivir o permanecer temporadas discretamente.

A la consolidación de esa imagen distorsionada contribuyen de manera notable las operaciones contra el blanqueo como la que ayer se conoció como 'Nur Blanca' en la que han sido arrestadas 18 personas, 13 de ellas precisamente en Málaga. Esta red de blanqueo utilizaba un método más rápido que las bancarias tradicionales, que no deja ningún rastro y que no son registradas oficialmente.

El método es el conocido como Hawala. A través de él, la organización blanqueaba el dinero de dos formas. Una consistía en que personas contratadas por la red realizaban ingresos inferiores a tres mil euros en multitud de cajeros automáticos, llegando a blanquear en un solo día importes cercanos a los cien mil. Otra forma era pagando a indigentes o a familias necesitadas, que realizaban ingresos de grandes cantidades en cuentas bancarias de personas o empresas con sede social en paraísos fiscales.

Como se ve, este modo de blanqueo difiere bastante del que está instalado en la conciencia colectiva y que liga Costa del Sol con paraíso de grandes delincuentes internacionales. La Hawala se puede desarrollar en cualquier lugar, no es genuina de ningún sitio. Conviene, por tanto, desligar la forma de delinquir del lugar en el que se encuentren los delincuentes.

Por que es indudable que en la Costa del Sol no hay nada que facilite ese blanqueo de dinero de procedencia irregular. Todo lo contrario. Si hay un lugar de España donde los controles fiscales de Hacienda y del Banco de España sobre el tráfico de capitales son más severos, ese es la Costa del Sol, lo que, paradójicamente, se está convirtiendo en una rémora para el desarrollo económico de la zona.

La hawala es uno de los métodos más conocidos que existen en lo que se denomina sistemas de transferencia alternativo e informal de fondos que se utiliza en muchas regiones del mundo para realizar transferencias de dinero en el ámbito local e internacional. Es un sistema tradicional que se basa en la confianza y que ha evolucionado y sobrevive a un mundo ordenado a través del sistema financiero y de la supervisión administrativa.

Existen más sistemas de este tipo con otras denominaciones y modalidades en diferentes regiones del mundo: Chop o Fei-Ch’ien en China, Hundi en India, Padala en Filipinas o Phei Kwan en Tailandia son algunos ejemplos.

¿Cuales son los orígenes de la hawala?

La palabra hawala significa “transferencia”o “cable” en la jerga bancaria árabe. Y el sistema hawala
tiene sus orígenes en un mecanismo que tradicionalmente se utilizaba para realizar pagos y transferencias de dinero hace varios siglos en el sur de Asia, a lo largo de las rutas comerciales tradicionales en Oriente Medio y partes de África Oriental.

En la actualidad sus principales usuarios son los miembros de comunidades expatriadas que han emigrado a Europa, la región del Golfo Pérsico, Estados Unidos y Canadá y envían remesas a sus parientes en el subcontinente indio, Asia Oriental, África, Europa oriental y otras regiones. Estos trabajadores emigrantes han revitalizado el papel y la importancia del sistema y, si bien la hawala se utiliza para la transferencia legítima de fondos originarios y es perfectamente legal en multitud de países, su naturaleza informal que no requiere del traslado de fondos físicos o electrónicos, que lo hacen prácticamente indetectable, y su carácter anónimo lo han hecho vulnerable a abusos con fines ilícitos y se ha convertido en una potencial herramienta de movimiento de fondos ilegales.

¿Cómo funciona el sistema hawala?

Imaginemos un residente en el país A que desea enviar una cantidad dineraria determinada a un país determinado B. El cliente residente en el país A contacta con un proveedor del servicio, que recibe el nombre de hawaladar, residente en el país A. Le entrega fondos en la moneda del país A y a cambio obtiene una clave o código de identificación.

El hawaladar residente en el país A contacta con un hawaladar residente en el país B, que será en este caso su corresponsal, y le pide la entrega del importe equivalente convertido a la divisa del país receptor (B) al beneficiario de la transacción. Este beneficiario se identificará con el código suministrado por el hawaladar del país A ante el hawaladar del país A para obtener el dinero.

Una vez efectuada la transferencia el hawaladar A tiene un pasivo frente al hawaladar B y la liquidación de sus posiciones se efectúa por diversos medios, ya sean financieros o de bienes y servicios. También pueden transferir sus posiciones a otros intermediarios que pueden asumir y consolidar las posiciones iniciales y realizar la liquidación al por mayor o en forma multilateral.

La liquidación de pasivos también podría realizarse también importando bienes en forma de “transacción hawala inversa”, es decir, a través de una transacción del país B al país A, por ejemplo de un cliente que quiere realizar una inversión, o pagar gastos educativos o médicos de alguno de sus hijos. Los clientes nunca saben si la transacción que inician es directa o inversa. Los hawaladars cobran comisiones o en algunos casos utilizan el diferencial entre los tipos de cambio para generar ingresos. Las comisiones que cobran suelen ser más bajas que las que aplican bancos o las operadoras de envío de dinero internacionales.

El sistema hawala es más atractivo para muchos de sus usuarios por factores económicos y culturales. Es menos costoso, más ágil y más flexible, más confiable, más cómodo, menos burocrático y requiere menos datos que el sistema financiero formal. La red de corresponsales está muy desarrollada a nivel mundial y local y en muchos países se ha extendido por todo el territorio a pesar de contar con malas vías de servicios y comunicaciones, lo que permite la entrega de dinero en el rincón más remoto del territorio. Además, no hay que olvidar que muchos de los receptores de las remesas es población no bancarizada, por lo que este sistema se adapta perfectamente a sus necesidades.

Además, y no menos importantes, son las razones culturales, normalmente los hawaladars son personas del mismo país de procedencia de los usuarios, hablan el mismo idioma y resulta por ello más sencillo. La cercanía cultural hace que el remitir fondos a través del sistema hawala sea más atractivo para muchos inmigrantes.

Consecuencias económicas del sistema hawala

Las transacciones del sistema hawala no pueden cuantificarse de forma confiable porque los registros son prácticamente inaccesibles, sobre todo a efectos estadísticos o de la balanza de pagos. Aunque sería imposible ofrecer una cifra precisa, es probable que el monto de las transacciones hawala ascienda a miles de millones de dólares.

Pese a su informalidad, el sistema hawala tiene repercusiones macroeconómicas directas e indirectas en relación con la actividad financiera y los resultados fiscales. Uno de esos aspectos es su impacto potencial sobre las cuentas monetarias tanto de los países que inician las transacciones como de los que las reciben.

Como esas transacciones no se reflejan en las estadísticas oficiales, las remesas de fondos de un país a otro no se registran como incremento de los activos externos en el país receptor ni como pasivo en el país remitente. En consecuencia se produce una transferencia de valor, pero el dinero en sentido amplio no varía. En cambio en el país receptor, las transacciones del hawala pueden afectar a la composición del dinero en sentido amplio. Estas transacciones se realizan principalmente en efectivo, aunque los hawaladars pueden utilizar el sistema bancario para otros fines. Los habitantes de países en desarrollo que transfieren fondos al exterior a través del sistema hawala son generalmente de clase acomodada y proporcionan efectivo a los hawaladars locales realizando retiros de sus cuentas bancarias. En consecuencia las transacciones de tipo hawala tienden a incrementar el volumen del efectivo en circulación.

Además, tienen consecuencias fiscales tanto para los países remitentes de fondos como para los receptores, ya que no se pagan impuestos directos ni indirectos por las transacciones. El impacto negativo sobre los ingresos fiscales afecta igualmente a las actividades legítimas e ilegítimas que son objeto del sistema hawala.

Y es precisamente por estas consecuencias, junto con el uso que se puede hacer del sistema hawala para actividades ilícitas, como blanqueo de capitales o financiación del terrorismo, por las que en algunos países, por ejemplo, Estados Unidos, es ilegal.

El sistema hawala es un canal informal de transferencia de fondos de un lugar a otro a través de proveedores de servicios conocidos como hawaladars. Por lo general la mayor parte de las transacciones son llevadas a cabo por trabajadores inmigrantes que viven en países desarrollados, el sistema puede utilizarse también para remitir fondos desde un país en desarrollo, aunque la finalidad de la transferencia sea diferente.

El atractivo del hawala reside en los menores costos de operación, rapidez, poca documentación, más seguridad, y el hecho de que es menos burocrático que el sistema financiero formal. Por otra parte, las comisiones cobradas por los hawaladars (avalistas) son inferiores a los del sistema formal, muchas veces extraídas de los diferenciales producidos por el tipo de cambio. La agilidad del sistema viene impulsada por un mecanismo operativo sencillo: se dan instrucciones por teléfono, fax o e-mail a los corresponsales y los fondos son recibidos a domicilio en un plazo de 24 horas.

Impacto sobre la economía

Los sistemas TIF tienen repercusiones directas e indirectas sobre la macroeconomía. Estos sistemas tienen un importante impacto sobre las cuentas monetarias tanto de los países que inician las transacciones como los que las reciben. Ya que estas transacciones no son registradas oficialmente, las remesas de un país a otro no se registran como incrementos del activo de un país o pasivo del otro. Por otra parte, debido a que tanto los remitentes como receptores de estos fondos no pagan impuestos, sus actividades tienen importantes consecuencias sobre los ingresos fiscales. Muchas veces estas transacciones contribuyen a la fuga de capitales, el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.

El 'hawala' es un método opaco y rápido para mandar dinero a cualquier esquina del mundo. Un sistema que puede mover 100.000 euros al día y que se basa en la relación de confianza entre los colaboradores de la cadena, que acaba con la entrega del dinero. La confidencialidad y la opacidad lo han convertido en uno de los métodos de financiación de actos terroristas yihadistas.

En España, se ha desarticulado una organización que supuestamente blanqueaba fondos con este sistema de transferencias, que no deja rastro. La operación se ha saldado con al menos 18 detenidos vinculados con una organización que presuntamente prestaba sus servicios a traficantes de droga.

Pero normalmente, la 'hawala' se ha relacionado con la captación o movimiento de fondos de organizaciones relacionadas con Al Qaeda. Tras el 11-S, se abrió el debate sobre el control de este sistema ante las sospechas de que los terroristas movieran dinero de esta manera.

Elmétodo 'hawala'consiste en latransferencia informal de cantidades, sin pasar por bancos,a través por ejemplo de negocios familiares. Con este sistema,una red como la desarticulada en Españaeste viernes puede mover hasta100.000 euros al día.

"Se puede enviar los fondos a un pueblo recóndito en menos de un día y sin pasar por bancos. El origen del dinero puede ser legal o no", explica investigador en terrorismo y crimen organizado. Lo distintivo en esta transferencia es la relación de confianza entre la red de compatriotas y empresarios que intervienen en el proceso.

Con una llamada de teléfono se puede enviar 3.000 euros a Pakistán.

Experto acreditado en prevención de lavado de dinero y financiación del terrorismo, asegura que los prestadores de este servicio, los llamados'hawaladars' son hombres de honor que cumplen su cometido en el envío de la remesa. Se trata de un sistema opaco y ancestral, de origen asiático y que ahora se emplea mucho en los países árabes. "Los mediadores se encargan de hacer llegar el dinero sin dejar rastro. La confianza es fundamental en este proceso. Si alguno es pillado por actividades ilícitas, no va a desvelar el nombre del cliente".

Por cada 1.000 euros transferidos, el intermediador cobrará 20 euros al que envía los fondos.

El experto critica que no se pongan en marcha medidas de prevención. Con la legislación en la mano, es posible. Echa en falta inspecciones y una labor de divulgación entre los profesionales implicados en la lucha contra el blanqueo de capitales.Así funciona el 'hawala'

Según se explica en el blog de prevención de blanqueo de capitales, los que intervienen en este sistema gestionan al mismo tiempo otro negocio, por lo que pueden realizar depósitos periódicos en cuentas bancarias en efectivo. Un ejemplo de 'hawala' sería así: un paquistaní de Madrid quiere enviar dinero a su país y paraello contacta con una compatriota, que reside en la capital y que regenta una tienda-locutorio telefónico y dedicada al envío de dinero. El compatriota es el intermediario yhace la transferencia -enviará el dinero a otro mediador del país de destino. Entre ambos intermediarios (hawaladars), puede generarse una deuda que se puede satisfacer con relaciones comerciales.300 'hawaladars' de locutorios, carnicerías y tiendas árabes

mueven más de300 millones de euros al año.Lo que las fuerzas de seguridad desconocen es cuánto de ese capital se destina para financiar actividades terroristas.

Los mediadores pueden cobrar comisiones o utilizar el diferencial entre los tipos de cambio para obtener ingresos.

Es una fórmula rápida para enviar dinero porque basta con dar instrucciones por teléfono, fax o correo a los intermediarios del país de destino.

Los expertos aseguran que con este método se muevenmás de 200.000 millones de dólaresal año, que escapan del control de los países. Según la ONUmás deun 25% de las transacciones bancarias en Oriente Próximo son opacas.Negocios oscuros que pagan el terrorismo

Los grupos yihadistasse financian a través de muchos delitos como las organizaciones del crimen organizado. Algunos ejemplos son lafalsificación de tarjetas de crédito y otros artículos; el tráfico de drogas, de armas, la piratería, el mercado del marfil de elefantes o rinocerontes, contrabando de petróleo entre Marruecos y Argelia.

También los secuestros; por ejemplo AQMI /Al Qaeda Magreb Islámico ha conseguido desde desde 2003 a 2013 unos 116 millones de dólaresy la piratería genera unos300 millones de euros.Ademas, según algunos analistas,organizaciones islamistas vinculadas a grupos yihadistas logran captar al año5.000 millones de euros.

El terrorismo yihadista también se nutre de la delincuencia común, teniendo en cuenta que cada vez más las células regionales/locales no tienen apenas contacto con otras de nivel superior, formando, financiando, adoctrinando a sus miembros de manera local en el país donde residen.

Las autoridades federales de EE.UU. señalaron recientemente que desarticularon una red internacional de lavadores de dinero que movió millones de dólares para el cartel de Sinaloa y otros grupos criminales utilizando el sistema clandestino de remesas llamado hawala que pasa por alto los bancos tradicionales.

Quien según la fiscalía es el líder de la organización encargada de llevar adelante este ardid, se presentó ante un tribunal en Los Angeles a comienzos de mes para enfrentar cargos de que ayudó a lavar más de US$ 4,5 millones producto de la venta de drogas en Canadá y Estados Unidos y estuvo involucrado en el tráfico de 29 kilos de cocaína y aproximadamente 90 libras de metanfetamina.

Durante un período de cuatro años de investigación por parte de la agencia antinarcóticos, DEA, y la agencia de rentas, IRS, ambas de EE.UU., las autoridades lograron incautar un total de más de US$ 15 millones en billetes, 321 kilogramos de cocaína, 98 libras de metanfetamina, 11 kilogramos de MDMA (“éxtasis”) y nueve kilos de heroína, según detalla un comunicado el Departamento de Justicia de EE.UU.

La acusación de 36 páginas imputa a otros de operar un sistema hawala – un método para transferir fondos en donde no existe el movimiento del dinero en efectivo y ha sido utilizado durante mucho tiempo en Asia y partes de África. En el centro de un hawala se encuentran intermediarios que reciben dinero de un cliente que buscan transferir los fondos a una persona en otra ciudad o país. Ese intermediario o corredor – llamado hawaladar – luego entra en contacto con otro hawaladar de confianza que se encuentra físicamente cerca de la persona que debe recibir el dinero y le instruye pagar al destinatario.

Los hawaladars no utilizan contratos escritos para documentar sus operaciones, señala la acusación, son sistemas que se basan absolutamente en la confianza entre los participantes del sistema. Son muy cuidadosos de mantener las obligaciones y créditos entre ellos en el equilibrio para evitar la necesidad de transferir dinero en efectivo para saldar deudas. Las variaciones del sistema hawala se utilizan ampliamente en Afganistán, la India y otros países en lugar de los bancos oficiales para realizar transacciones tanto legales como ilegales.

En este caso investigado por las autoridades, “narcotraficantes en Canadá generaban ganancias producto de la venta y distribución de droga proporcionada por los carteles mexicanos, entre ellos el Cartel de Sinaloa”, alega la acusación. Los traficantes de drogas con sede en Canadá coordinaban las transferencias de dinero a sus contrapartes en México instruyendo a  otros presuntos hawaladars en Canadá para entregar cantidades específicas de dinero a couriers en EE.UU. que trabajaban en nombre de los carteles.

Los hawaladars en Canadá, una vez en posesión del producto de la venta de drogas en la divisa canadiense se ponía en contacto con hawaladars en Estados Unidos y autorizaban la entrega de las cantidades equivalentes de moneda estadounidense a los couriers que operan en el área de Los Angeles. Un número de cómplices nombrados en la acusación se desempeñó como couriers con sede en Estados Unidos, recogiendo y, posteriormente, entregando dólares en la zona de Los Angeles, a cambio de narcóticos que luego era transportado a Canadá para ventas y distribución.

Fue arrestado el mes pasado en la ciudad de Buffalo, en el estado de Nueva York, cuando intentaba de cruzar de Canadá a EE.UU., según un comunicado difundido por la fiscalía. Un juez federal ordenó que sea enviado a Los Angeles. Otras catorce personas que también son acusadas en relación con el caso han sido arrestadas en los últimos meses, y las autoridades continúan la búsqueda de siete personas más.

El caso es el primer gran esfuerzo para apuntar contra este método de lavado, dijeron funcionarios de la justicia en un comunicado.

Al descubrir operaciones hawalas que funcionaban en Canadá y EE.UU., delincuentes operando para el cartel de Sinaloa y otras organizaciones del narcotráfico de México distinguen una vía para mover grandes sumas de dinero producto de la venta de drogas sin tener que lavar el dinero utilizando instituciones financieras.

La acusación detalla varias instancias de intercambio de dinero que los fiscales señalan que fueron organizados por  otros hawalandars para permitir que los narcotraficantes muevan dinero de la droga desde Canadá a México.

En un ejemplo, en el transcurso de unos pocos días en marzo de 2012, dos hombres organizaron la transferencia de más de US$ 500.000 en una serie de llamadas telefónicas donde hablaron en clave, según la acusación.

Una vez que el hawaladar en Canadá confirmó que había recibido el dinero por parte de los traficantes, su compañero en Los Angeles llenó dos cajas con US$ 522.000 y se fue a encontrar con un traficante de drogas en un estacionamiento en la ciudad de Alhambra en el condado de Los Angeles, dice la acusación. Los dos hombres luego se dirigieron a un templo religioso cercano, donde el hawaladar habría entregado el dinero al courier.

Un día después de que se transportó el primer paquete de dinero en efectivo, los mismos hawaladars organizaron para que otros US$ 600.000 se entregaran al courier en Los Ángeles, alega la acusación.

Fue descrito por los fiscales como líder del grupo de hawaladars. En abril de 2012, organizó una transferencia US$ 400.000 entre Canadá y narcotraficantes en Los Angeles, según la acusación. Los fiscales también lo acusaron de organizar para que un hawaladar en Los Angeles pague a un hombre que transportó cocaína y metanfetamina en nombre de los traficantes.

La red de hawala en España la forman alrededor de 200 paquistaníes y mueve los ahorros de unos 100.000 musulmanes: sirios, tunecinos, argelinos, turcos, indios y, sobre todo, paquistaníes que envían el dinero a sus familias en diversas partes del mundo. Unas transacciones millonarias de las que no queda rastro: en el hawala los libros de contabilidad se destruyen y el secreto es el mejor gancho.

Los hawaladares tienen oficinas ilegales en las ciudades donde está más arraigada la comunidad paquistaní: Barcelona, Tarragona, Lleida, Valencia, Madrid, Logroño, León, Jaén y Almería, según los responsables de los servicios de inteligencia que reconocen saber "muy poco" sobre esta gigantesca cadena de agentes que sólo necesitan de una dirección y un teléfono para transferir billones de dólares por todo el planeta.

"La cadena española ha servido para financiar atentados. Pero lo peor es lo que no sabemos, porque de este mundo aquí no conocemos casi nada", reconoce un responsable de la Unidad Central de Inteligencia de la policía.

El hawaladar recogía el dinero, anotaba el nombre, el teléfono y la dirección de las personas a las que se debía entregar en Gujtar y otras ciudades de Pakistán.

Cuando las peticiones alcanzaban los 100.000 euros enviaba un fax a la oficina de su jefe en Dinge y éste adelantaba el dinero. Jóvenes con bicis, motocicletas y coches de una empresa "muy grande", en palabras de Rukhsar, llamada Dollar List entregaban los pagos a domicilio por el Punjab. El antiguo lechero envió en un solo mes más de 600.000 euros a dos oficinas en Dinge y Lahore. Una de ellas se denominaba Yihad Currency Exchange.

¿ A cambio de qué se adelantaba allí el dinero que los inmigrantes confiaban en el locutorio de Logroño? Por cada 1.000 euros, Rukhsar cobraba a sus clientes 20 de comisión, que se repartía con su jefe en Pakistán, El Cojo, un ex veterano en la guerra de Afganistán que perdió un ojo y una pierna luchando contra los rusos, según aseguran personas próximas al agente hawala.

Después de haber adelantado el dinero, El Cojo enviaba  un fax con la orden de que pagara por compensación los 100.000 euros a diversas cuentas corrientes de personas o sociedades en distintas partes de Europa o EE UU, comerciantes musulmanes en Alemania, Francia, Holanda, Bélgica, Italia o el Reino Unido. El hawaladar de Logroño hacía los pagos a ciegas desde sus propias cuentas en una oficina de La Caixa en esa ciudad. "Como es analfabeto, le tenía que acompañar una persona al banco para rellenar la transferencia", asegura  su abogado.

El hombre de la pata de palo y el parche en el ojo es uno de los 1.500 hawaladar conocidos en Pakistán, un país en el que se cree que se refugia Bin Laden y donde se mueven al año 5.000 millones de dólares por esta sinuosa vía que los paquistaníes denominan hundi. Un estudio Hawala, the bank that never was, asegura que en 1990 había 1.100 agentes hawala en ese país, pero la cifra, según fuentes de los servicios de inteligencia, ha aumentado gracias a la creciente oleada de inmigrantes. Bajo la presión internacional, Pakistán y Emiratos Árabes Unidos han adoptado algunas medidas para regular el sector informal de envío de divisas, pero centenares de tipos como El Cojo siguen trabajando a sus anchas.

El hawala aumenta o disminuye en función de la inmigración. Se disparó en los años setenta, ochenta y noventa. Empujado por una de esas olas llegó el campesino Rukhsar. Y aparecieron con toda naturalidad otros agentes que operan en carnicerías, locutorios, videoclubes o tiendas de alimentación de numerosas ciudades españolas. Entre otros muchos agentes, según distintos testimonios de la propia comunidad paquistaní.

De los 35 locutorios que hay en Logroño, 25 son de paquistaníes. "Todos han utilizado este sistema. Empezamos a trabajar en el año 1985, pero entonces había poca gente. Yo solo llegué a tener más de 2.000 clientes", reconoce uno de los agentes hawala más conocidos de Logroño, que ahora dice haberse retirado. Unos 8.000 paquistaníes, trabajadores de la construcción, viven en La Rioja.

A juicio de los investigadores, la principal estación en la ruta del hawala español está en Cataluña, la comunidad con mayor presencia de paquistaníes, unos 20.000, de los que un centenar trabajan como hawaladares desde locutorios y locales de cambio de divisas autorizados, según reconocen varios agentes consultados. El barrio de El Raval, en el centro de Barcelona, es uno de los escenarios más efervescentes de esta actividad clandestina y hasta ahora "demasiado consentida" por la autoridad monetaria, según responsables de la lucha antiterrorista.

Es también natural de la ciudad paquistaní de Gujrat. Su locutorio  en Barcelona, es muy parecido, aunque más pretencioso y con videoclub. Desde este local Mohammad transfirió 18 millones de euros en sólo 15 meses, según un estudio de los Mossos de Escuadra. El 60% del negocio era con Pakistán (Punjab, Islamabad y Rawalpindi) y el resto con Dubai y países de la UE. Los envíos eran de 100 a 200.000 euros y muchas veces el dinero no se movía. El paquistaní tenía licencia para cambio de divisas del Banco de España y manejaba 25 cuentas.

Mohammad es un tipo hermético y reservado. En un breve espacio de tiempo regentó una tienda de alimentación y tres locutorios en Barcelona, Santa Coloma y Badalona. Por sus manos pasaron varios millones de euros, pero vivía en un barrio obrero de esta última ciudad, en una casa propia, pero sin el más mínimo signo de confort. Cuando la policía registró la vivienda sólo encontró vídeos de culebrones paquistaníes. Vino a España sin su mujer, al igual que la mayoría de los aproximadamente 50.000 ciudadanos de ese país que se han instalado aquí.

Se conocían, aunque se ignora si trabajaron juntos. Hoy los dos están en prisión. El primero entró en 2003 y el segundo un año y medio después. La cadena hawala de la que formaban parte sirvió supuestamente para financiar a Al Qaeda, según el juez de la Audiencia Nacional, que indaga en la oscura red del hawala en territorio español. Un negocio que funciona las 24 horas del día y los siete días de la semana.

¿Cuál fue el papel del campesino? Por indicación de KSM, el ex jefe de operaciones de Al Qaeda, este paquistaní recibió una llamada del suicida  el hombre que en la primavera de 2002 se lanzó al volante de un camión bomba contra una sinagoga en Yerba (Túnez) y asesinó a 22 turistas, en su mayoría franceses y alemanes. El agente hawala de Logroño transfirió 9.500 euros a la cuenta en Bancaja de Valencia  un paquistaní al que se acusa de financiar la compra del vehículo utilizado en ese ataque en Túnez. "No conocía a ninguno de ellos", asegura su abogado.

En esta confusa red de pagos y entregas de dinero a ciegas se enredó también un empresario valenciano de 43 años que manejaba en España cuentas un industrial de cerámica con el que trabajaba desde hacia 20 años. Un musulmán bajito y delgado al que un verano tuvieron que hospitalizar en Cullera de un coma etílico a causa de una borrachera de whisky. Pero el paquistaní amigo íntimo  se transformó: "En los dos últimos años Isa era distinto. Se dejó perilla, dejó de beber y cambió de forma de vestir. Cuando venía a las ferias se metía en un cuarto de nuestra oficina, cogía una alfombrita y empezaba a rezar. Pensamos que se había hecho mayor", recuerda un familiar.

El empresario valenciano fue detenido por la Guardia Civil al comprobarse que recibió en su móvil seis llamadas de un hermano del terrorista de Yerba reclamándole 5.720 euros para la compra del camión bomba. Semanas antes del atentado  le había enviado un fax en el que le pedía que entregara esa cantidad a un árabe que se pondría en contacto telefónico con él. La defensa  asegura que éste no hizo el pago que le pedían. "Le juro por mi honor que no tengo nada que ver con lo que me acusan", asegura el empresario en una carta remitida desde la cárcel al presidente  pide ocho años de cárcel para él en un juicio que comienza el próximo miércoles.

Desde el locutorio en Barcelona del hawaladar  el hombre de confianza de KSM es el responsable del secuestro y asesinato del periodista norteamericano de The Wall Street Journal. Farooqi, natural también del Punjab, ejecutó los intentos de asesinato del presidente en Rawalpindi, en 2003, dos ataques con coche bomba de los que el dirigente paquistaní salió ileso. En el verano de 2004, el hombre más buscado del país murió abatido a tiros por el Ejército.

Los documentos que acreditan estos pagos a la cúpula de Al Qaeda aparecieron ocultos entre un mueble y la pared del locutorio del presunto hawaladar paquistaní al que los Mossos de Escuadra definen como el jefe financiero de un grupo denominado Sunni Tehrik, asociado a Bin Laden y a cuyos miembros se les incautaron vídeos con imágenes de emblemáticos edificios de Barcelona como la torre Mapfre y planos técnicos del centro comercial Maremàgnum. "Que un empresario que se dedica al hawala esconda tan mal esos documentos no encaja", señala Ricardo Quintana, el abogado de Choudry.

Los cuatro pagos para el grupo que asesinó a Pearl los hicieron los hermanos paquistaníes también detenidos. Vivían en dos casas sin muebles en el barrio de El Raval, dormían en colchones tirados en el suelo y utilizaban identidades falsas. El 8 de marzo de 2004, tres días antes del 11-M, Alí se entrevistó en Madrid con uno de los detenidos por la masacre de Atocha.

Según Naciones Unidas, el hawala mueve más de 200.000 millones de dólares al año. El ex ayudante del subsecretario de Estado de EE UU, afirma que entre un 25% y un 50% de las transacciones en Oriente Próximo son opacas. En países como Afganistán o Somalia las cifras se disparan y el hawala acapara casi todas las operaciones el hawaladar de Logroño, pone un ejemplo: "Si ganamos 1.000 euros al mes mandamos 500 a la familia. Multiplique por los 50.000 paquistaníes que estamos aquí y verá que la cantidad es enorme", dice. Según este cálculo, la cifra ascendería a 300 millones de euros al año sólo entre esa comunidad. Un jefe policial añade: "La cifra es importantísima, porque hay que añadir todo lo que mueven los turcos, afganos e iraníes con el tráfico de heroína".

¿Por qué este sistema basado en la confianza está tan arraigado entre los musulmanes residentes en Europa? El paquistaní vigilante de seguridad, responde en una terraza del barrio madrileño de Lavapiés: "A través del BBVA mandé a la cuenta de mi tío 1.500 euros al Habib Bank de Pakistán y allí nos dijeron que no había llegado. Tardé un año en recuperarlo. La segunda vez me pasó lo mismo con La Caixa. Nadie quiere oír hablar de los bancos. Sólo se fían del hundi. Con el hundi el dinero llega".

El presidente de una asociación paquistaní en La Rioja, lo explica así: "Los bancos paquistaníes no tienen conexión con los europeos. El hundi es rápido y barato. Donde hay paquistaníes todos trabajan así, aunque tras la detención  se ha frenado algo la actividad y algunos se han pasado a MoneyGram o Western Union". Un empresario paquistaní afincado en Barcelona, asegura que tras las detenciones "pedimos que manden el dinero legalizado, pero los que tienen mucha urgencia no hacen caso".

El ingreso en prisión del hawaladar de Logroño ha provocado la aparición de nuevos agentes que a veces no son de fiar. El encargado de la mezquita paquistaní en Lavapiés, es uno de los estafados: "Han salido muchos agentes nuevos y algunos han cogido el dinero y adiós. Yo mandé 800 euros y no han llegado. ¿Cómo voy a reclamar a la policía si no hay ninguna prueba?".

La policía vigila con escasos medios los centenares de locales de la ruta hawala, pero tiene poco margen de maniobra. "No tenemos elementos para acabar con el hawala. No hay normas que nos apoyen. El Banco de España debería establecer reglas, pero no quiere apretar sobre esos flujos económicos porque generaría problemas en los países pobres que viven de las remesas de sus inmigrantes", asegura un jefe policial.

Ésa es precisamente la política de los expertos del Banco Mundial. Un organismo en el que estuvo destinado el secretario general del Banco de España, quien también recomienda prudencia. "Ésta es una materia novedosa en la que hay que ir despacio", dice convencido. La economista Napoleoni recuerda el caso de la remesadora somalí  que cerró al incluirla EE UU en la lista de asociaciones vinculadas Al Qaeda . "Esto causó un tremendo daño a muchos inmigrantes. Especialmente a los de Somalia, porque era el único canal que tenían para enviar dinero a sus casas", advierte.

El subdirector general de Inspección y Control de Movimiento de Capitales, es taxativo: "El hawala ahora es ilegal, pero es tan informal que no hay forma de perseguirlo. Si lo regulamos más se hará más clandestino. El reto está en intentar conocer esos flujos y pasarlos poco a poco de lo alegal a lo formal".

La constante aparición del hawala como medio para financiar a Al Qaeda ha movilizado a los organismos e instituciones. La UE va a aprobar un reglamento que obliga a declarar las transferencias superiores a 15.000 euros. En España la cifra era de 6.000, pero en el Reino Unido y Alemania no tienen ninguna.

Localizar los envíos a Al Qaeda en el alud de dinero negro que mueve el hawala es como buscar una aguja en un pajar un hombre que acoge en su casa de Arganda del Rey (Madrid) a los paquistaníes recién llegados, explica por qué está tan arraigado: "Cuando tus padres necesitan dinero rápido no piensas en el riesgo. Lo haces".

Uno de los sistemas informales de envío de dinero más utilizado actualmente en el mundo es el hawala o hundi. Desarrollado en India con anterioridad al establecimiento de la banca occidental, constituyó un componente fundamental de su infraestructura comercial y financiera. Hawala significa “transferir” en lengua árabe y es una forma de enviar dinero de un lugar a otro sin que exista un movimiento físico de fondos.

Las características del hawala que lo distinguen de otros sistemas informales son la confianza y un fuerte sentido del honor, junto con la utilización de una amplia red de conexiones familiares, regionales y tribales por sus participantes.

En muchas culturas del sur de Asia predomina un fuerte sentimiento de pertenencia a la comunidad e identificación familiar que también forma parte de las señas de identidad de los grupos de emigrantes de esas regiones establecidos en los países occidentales.

Los individuos que actúan como “banqueros” para estos emigrantes suelen ser personas bien conocidas que gozan del respeto dentro de sus comunidades y que están conectados a través de una amplia red de operadores con las respectivas comunidades de emigrantes a lo largo y ancho de todo el mundo. La entrega del dinero a su destinatario final está garantizada, ya que la pérdida de confianza en un operador equivale a su desaparición.

La masiva inmigración procedente de países del sur del continente asiático ha propiciado la formación de una serie de comunidades en todo el mundo cuyos miembros mantienen fuertes lazos con sus familiares en sus países de origen y a los que están obligados a sustentar. Muchos de estos inmigrantes sienten una gran desconfianza hacia los gobiernos y sistemas bancarios de sus países de origen en los que predomina la inestabilidad política.

De ahí que, en lugar de utilizar el sistema bancario convencional para enviar dinero a sus familiares, utilicen estos sistemas alternativos de envío en los cuales no existe movimiento físico de fondos. Durante siglos estos mecanismos han desempeñado el papel de banca tradicional, permitiendo el envío de dinero de forma eficaz a los lugares más remotos y aislados del sur del continente asiático.

Una forma sencilla de comprender el hawala es mediante el análisis de una operación. Consideremos a Ahmed, un pakistaní que vive en Madrid y que trabaja en el sector de la construcción. Ahmed entró en España como turista y carece de permiso legal de residencia. Tiene unos ahorros desde que comenzó a trabajar y quiere enviarlos a su padre, Hussain, que vive en Karachi.

Aunque Ahmed conoce el hawala, acude primero a un banco donde obtiene la siguiente información:
•El banco le exige abrir una cuenta para poder realizar cualquier operación.
•El banco le venderá rupias pakistaníes al tipo de cambio oficial.
•El banco le cobrará una elevada comisión por realizar la transferencia.

Ello le permitiría a Ahmed enviar a Hussain sus ahorros en rupias, de las que habría que deducir los gastos de envío, además de tener en cuenta el tiempo que tardaría en llegar a su destino, pongamos una semana.

Ahmed considera que sería más ventajoso para él realizar la operación mediante el hawala. Para ello contacta con una compatriota, Imán, que reside también en Madrid y regenta una tienda dedicada, entre otras actividades, a locutorio telefónico, venta de accesorios telefónicos y envío de dinero.

Imán pacta con Ahmed las siguientes condiciones:
•Una comisión de una rupia por cada euro transferido.
•Un cambio de rupias por cada euro más favorable.
•La entrega del dinero a su destinatario incluida.

Bajo estas condiciones Ahmed puede enviar a Hussain más rupias. La operación sigue los siguientes pasos: Ahmed entrega a Imán sus ahorros en euros y recibe un código; Imán contacta con Salman, su corresponsal en Karachi, al que da las instrucciones correspondientes; Ahmed comunica a Hussain el código de la operación, Salman entrega a Hussein las rupias correspondientes una vez comunicado el código.

Aunque se trata de una sencilla operación contiene los elementos básicos del hawala. Primero, hay una relación de confianza entre Ahmed e Imán. Iman no le entrega ningún recibo a Ahmed y sus registros están diseñados como mucho para saber cuánto dinero debe a Salman, en lugar de recoger de forma individual los envíos que ella ha realizado. Imán puede tener distintas relaciones con Salman, pero de cualquier forma le confía la entrega del dinero a Hussain.

Esta entrega tiene lugar generalmente dentro del día en el que se realiza la entrega inicial y en persona. Las conexiones son igualmente importantes. Imán puede establecer contacto con Salman para concertar el pago a través del teléfono, fax o Internet.

Para completar el análisis cabe preguntarse dos cosas. Primera, qué relación mantienen Imán y Salman, y segunda cómo recupera Salman el dinero que ha pagado a Hussain por cuenta de Admed. Para que el hawala pueda funcionar es necesaria la existencia de una red de personas que hagan posible la transacción. En este caso Imán y Salman son parte de la misma red. La red se puede construir de distintas formas.

La primera posibilidad es que Imán y Salman sean socios o que hagan negocios juntos de forma regular. Para ellos la transferencia de dinero no es sólo otro negocio sino una parte de sus relaciones comerciales normales. Otra posibilidad es que, por cualquier motivo, Salman deba dinero a Imán.

Dado que en algunos países es difícil transferir dinero al exterior, Salman puede pagar su deuda a Imán mediante la entrega de dinero a sus clientes de hawala. Una tercera posibilidad es que Imán tenga un excedente de rupias a Salman le ayude a utilizarlas.

En los dos casos últimos Salman no necesita recuperar ningún dinero; el está pagando un deuda que tenían con Imán o está manejando dinero que Imán le ha confiado pero que es imposible sacar fuera del país. En el primer caso, en el que Imán y Salman son socios, se necesita un mecanismo formal para saldar sus cuentas.

El escenario más probable es que sean socios en un negocio de importación. Imán puede comprar CDs de música pakistaní y accesorios de telefonía. En este contexto, las facturas pueden manipularse para encubrir el movimiento de dinero. Si Imán tiene que pagar a Salman las rupias que éste entregó a Hussain, una forma puede ser la sobrefacturación en una remesa de CDs de música pakistaní que Imán compre a Salman. Si la mercancía tiene un determinado valor, la facturación sería por un importe superior. La diferencia permitiría saldar la deuda que Imán tiene con Salman al pagarse la factura.

VENTAJAS DEL HAWALA

Comparado con cualquier mecanismo formal de envío de dinero, el hawala podría parecer incómodo y arriesgado, sin embargo, son muchas las razones para utilizar este sistema.
Su bajo coste en comparación con las comisiones de la banca formal o cualquier otro sistema de envío de dinero como Western Union o MoneyGran.

La eficacia, ya que una transacción puede ejecutarse en un día, en contraste con el mayor tiempo que puede requerir una transferencia internacional que requiere la intervención de un banco corresponsal en el país receptor y puede sufrir retrasos motivados por días festivos, fines de semana o diferencias horarias.

La seguridad. Una transferencia internacional puede suponer cierta complejidad al requerir la intervención del banco local del cliente, su banco corresponsal, o la oficina principal del banco y su sucursal en el país receptor del dinero. Esta complejidad conlleva, en ocasiones, la pérdida del dinero en el tránsito de una oficina bancaria a otra, con el consiguiente retraso. Por el contrario, una transferencia a través de un operador de hawala se puede completar en unas horas.

La ausencia de burocracia. Para una persona que reside y trabaja de forma ilegal en otro país y que por tanto no dispone de documentación, puede resultar difícil sino imposible abrir una cuenta corriente en una entidad bancaria. Además, puede que no confíe en dichas instituciones y prefiera no utilizarlas en la medida de lo posible, eligiendo la alternativa del hawala.

La ausencia de justificación documental. Incluso, aunque el dinero que se va a enviar tenga una procedencia legal, determinadas personas pueden preferir permanecer en el anonimato. Es poco probable que los operadores mantengan registros de los envíos realizados por sus clientes que permitan la identificación.

La evasión de impuestos. En el sur del continente asiático la economía sumergida representa entre el 30 y el 50 por ciento de las estadísticas oficiales. El envío de dinero a través de canales oficiales facilita la inspección de las autoridades fiscales; por el contrario el hawala proporciona un canal libre de tales inspecciones.

EL BLACK “HAWALA”

El término white “hawala” se utiliza para referirse a transacciones legales, mientras que black “hawala” engloba las operaciones ilícitas, sobre todo el blanqueo de capitales procedentes del tráfico de drogas, fraude,contrabando, etc., por tanto, es ilegal en la mayoría de las jurisdicciones.

La seguridad, el anonimato y la versatilidad que el hawala proporciona a sus usuarios lo hace un mecanismo especialmente atractivo para ser utilizado por delincuentes para mover y blanquear los fondos generados por sus actividades ilegales. Asimismo ha sido identificado en India y otros países como un canal utilizado frecuentemente por organizaciones terroristas para mover sus fondos.

El hawala puede utilizarse en cualquiera de las tres fases del proceso de blanqueo de capitales: colocación, Transformacion e integración.

En la fase de colocación, el dinero procedente de actividades delictivas es introducido en el sistema financiero. En las operaciones de blanqueo el principal problema suele ser el manejo de grandes cantidades de dinero en efectivo.

Algunas jurisdicciones (países de la UE y EEUU) exigen a las instituciones financieras que informen sobre las transacciones de efectivo realizadas por sus clientes cuando superan una cantidad determinada. Una forma de burlar estos requerimientos es mediante el fraccionamiento de las transacciones en cantidades pequeñas.

El hawala proporciona un mecanismo efectivo de colocación, dado que los operadores gestionan de forma paralela el envío de dinero y otro negocio. De esta forma, pueden realizar depósitos periódicos en las cuentas bancarias en efectivo como procedentes de dicho negocio. También pueden utilizar parte del dinero que reciben para pagar los gastos del negocio, reduciendo así sus necesidades de realizar depósitos en la cuenta bancaria.

En la fase de Transformacion, el blanqueador manipula los fondos ilícitos con el objetivo de alejarlos de su procedencia delictiva. Uno de los mecanismos que suele aparecer en este proceso es la transferencia del dinero de una cuenta a otra. Aunque estas transferencias se realicen de forma cuidadosa por el blanqueador, la utilización del sistema bancario formal puede entrañar riesgos.

Existe la posibilidad de que la operación sea considerada como sospechosa por el banco, viéndose obligado a informar de ella a las autoridades financieras. Además, existe una prueba documental de dicha transacción, lo que podría propiciar su seguimiento en una investigación y conducir directamente a la fuente de los ingresos delictivos, acabando con la red de blanqueo.

La transferencia del dinero a través del hawala dificulta el rastreo documental. La manipulación de las facturas de compra-venta, la validez de los precios aplicados en dichas operaciones, la mezcla del dinero procedente de los envíos con el de la actividad comercial legal desarrollada por el operador, unidos a una red de envíos compleja crea un rastro mucho más difícil de seguir que el de una simple transferencia electrónica.

En la última fase de blanqueo, la integración, el dinero se invierte en otros activos o bien es utilizado por los delincuentes para disfrutar un alto nivel de vida o reinvertido en actividades delictivas. Las mismas características del hawala que lo convierten en una herramienta potencial de encubrimiento, lo hacen ideal para la integración del dinero, otorgándole una apariencia de legitimidad.

Una vez conseguida dicha apariencia el dinero puede ser invertido en un negocio legítimo o enviado al país de procedencia como rendimiento de una legítima inversión.



La Guardia Civil ha desarticulado una organización que usaba un sistema de transferencia de fondos para facilitar la fuga de dinero, el blanqueo de capitales de la venta de droga y la financiación del terrorismo, extendido en varios países árabes.

Se trata de la operación 'Nur Blanca' en la que han sido arrestadas 18 personas, 13 en Málaga, dos en Murcia y las demás en Madrid, Alicante y Algeciras (Cádiz).

También han sido imputadas otras seis personas y se han intervenido más de medio millón de euros en efectivo y bienes valorados en siete millones en el operativo desarrollado en Málaga, Cádiz, Alicante, Huelva, Madrid, Murcia y Portugal.

El tipo de transacciones realizadas por la organización, con un coste inferior y más rápido que las bancarias tradicionales, no dejaN ningún rastro, no son registradas oficialmente y no se pagan impuestos al efectuarlas.

Las investigaciones se iniciaron tras ser analizada la documentación que se le intervino a una organización de narcotraficantes desmantelada anteriormente.

Los agentes detectaron la existencia de una organización que, mediante el método conocido como 'Hawala', estaría blanqueando los beneficios obtenidos por otros grupos en la venta de estupefacientes.

El jefe de la organización había configurado diversas formas de introducir en el mercado legal grandes cantidades de dinero que llegaban a él a través de un sistema de transferencias informal de fondos.

Aprovechando las ventajas que presenta este método de transferencia, desde el núcleo de la organización se desarrolló un complejo entramado de personas que se dedicaban a introducir en el mercado legal el dinero negro procedente de otros países.
El método 'Hawala'

Tras realizar la compensación de saldos de la 'Hawala', la organización blanqueaba principalmente el dinero de dos formas. Una consistía en que determinadas personas contratadas por la red realizaban ingresos inferiores a tres mil euros en multitud de cajeros automáticos de entidades bancarias, llegando a blanquear en un solo día importes cercanos a los cien mil.

Otra forma era pagando a indigentes o a familias necesitadas, que realizaban ingresos de grandes cantidades en cuentas bancarias de personas o empresas con sede social en paraísos fiscales.

En este tipo de ingresos, los impositores aportaban su nombre evitando de esta manera identificar al verdadero propietario del dinero.
Más de dos millones de euros

Durante la investigación se han detectado múltiples entregas de dinero en efectivo entre los miembros de la red y de otras organizaciones.

Además, la Guardia Civil ha detectado movimientos de dinero por pagos de droga a organizaciones dedicadas al narcotráfico y ha comprobado que la red habría blanqueado más de dos millones de euros.

Con esta operación se da por desmantelado uno de los grupos más activos asentados en la zona de la Costa del Sol dedicados al blanqueo de capitales a través del método de la 'Hawala'.

En los diez registros domiciliarios y en otras intervenciones que los investigadores han llevado a cabo se han intervenido 582.445 euros, doce viviendas, un local comercial, tres plazas de aparcamiento, 33 vehículos, 55 teléfonos, 45 discos duros, cinco ordenadores portátiles, diversas cuentas bancarias y material informático y electrónico.


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