
A lo que iba. Hace años para conseguir buenos precios en algo, había que estar muy atento o tener un amigo o un cuñado que te informara puntualmente, de los pasos a seguir para hacerte con uno, en precisamente las cosas o servicios que por un motivo u otro te interesaran, precisamente en ese momento. Algunos, incluso nos lo apuntábamos en el calendario de un año para otro, y así comprar en el momento en que lo que necesitábamos, nos costase más barato.
Luego llegaron los cupones de descuento en las páginas amarillas, esas que hoy sólo sirven para poner un poco más alto el monitor en la mesa de la oficina, con varias páginas de cupones. Recuerdo que había una legión de coleccionistas de cupones de descuento, que iban literalmente robándolos de todas las oficinas por las que pasaban.
Hoy es todo mucho más fácil gracias a internet, pues desde Internet los tenemos todos a nuestro alcance, con un par de clicks de ratón. Incluso el primer mes es gratis el acceso a todos los servicios que nos ofrecen, que no son pocos. Yo he estado haciendo números así por encima, y desde ya os digo que a mi por lo menos, me compensa suscribirme. De hecho, ya estoy disfrutando del mes de prueba, con lo que de momento, estoy ganando dinero.
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