
La he entretenido el máximo de tiempo posible, haciendo preguntas chorras sobre que se han equivocado ya que aquí no vive ningún Eliazar (decía ella que llamaba al azar) sobre a quien está llamando y que no es ninguna empresa.
Cuando me lo volvía a explicar, yo insistía con lo del error una y otra vez, hasta que aburrida, me colgó. Una lástima. A estos hijos de puta, me gusta hacerles perder el máximo de tiempo posible.
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