
Y mira que los bancos como la mayoría de las oficinas sean de lo que sean no parecen a priori una actividad en las que el calzado sea algo esencial, pero si observamos detenidamente el suelo de la mayoría de las oficinas bancarias podremos ver que brillan tanto o más que los espejos, y ese brillo hace que aumente el riesgo de resbalar y caer al suelo, cosa que los bancos no pueden permitirse ni para los empleados porque estarían varios días de baja antes de recuperarse, ni para los clientes que lo mismo deciden demandarlos por encerar el suelo en demasía. ¿Qué hacen entonces los bancos? Pues algo muy simple: recomiendan a sus empleados que calcen un determinado modelo de zapatillas.
Para los clientes lo mismo, pero aquí aprovechan para regalarles unas zapatillas mustang a cambio obviamente de un depósito a plazo fijo. Cada entidad fija tanto la cuantía como la duración de dicho depósito. Si hace tiempo alguien me hubiera dicho que los bancos competirían entre si para vender zapatos a sus clientes, ni yo ni nadie en su sano juicio habría creído tal afirmación. Hoy por contra, los bancos venden absolutamente de todo. Hace poco incluso, en un banco tenían hasta papel de regalo para que sus clientes a su vez regalaran los regalos del banco a otras personas.
Poco discretos eso sí, pues el papel de regalo llevaba el anagrama o logotipo del banco, que ya podrían haber ido al chino del barrio a comprar papel de regalo de estrellitas. Para los fabricantes de calzado por su parte, han descubierto un nuevo canal de venta para sus productos, con miles de oficinas en todo el territorio nacional. El sueño de cualquier fabricante. pisos de bancos para comprar
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